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Voto de Kyrios:
6
Bélico Ambientada en Vietnam, al final de la época colonial francesa, cuando las guerrillas del Vietminh estaban a punto de expulsar a los franceses. Narra lo que le acontece a una patrulla francesa que queda aislada en territorio vietminh, mandada por un subteniente idealista y un alemán, ex-combatiente de la Segunda Guerra Mundial. (FILMAFFINITY)
28 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La 317ème section (Sangre en Indochina, 1965) es ciertamente una película singular. Se trata de una coproducción francesa-hispana, que dirigió en el año 1965 Pierre Schoendoerffer, y que llegó a presentarse en el festival de Cannes de dicho año, donde consiguió en Exaequo el premio al mejor guión.

Sin duda, lo que más sorprende de Sangre en Indochina (Más siendo una película francesa) es de ser en cierta manera un precedente cinematográfico de lo que sería el género bélico norteamericano sobre el Vietnam. Y es que las coincidencias entre Sangre en Indochina y otras películas muy posteriores como Apocalypse Now (Apocalypse Now, 1979) o Platoon (Platoon, 1980) son más que notables. El argumento de la película es bastante sencillo: La película nos adentra en plena jungla vietnamita, al mando de un batallón liderado por dos héroes franceses. La película mostrará a lo largo del viaje las peripecias que sufre este batallón por la jungla. El argumento es pues bien sencillo y se atañe casi exclusivamente al género bélico. En realidad, pocas películas hay que muestren con más insistencia la guerra, que como la vemos en Sangre en Indochina.

Y aquí viene la primera sorpresa, porque como ya decía, cuando el espectador contempla el filme de Pierre Schoendoerffer se le remite inmediatamente la iconografía de los filmes norteamericanos anteriormente citados. La película, que fue rodada en Camboya[1] (país vecino al Vietnam) nos muestra como en muchas otras películas el pequeño movimiento de una pequeña patrulla militar, y como esta se funde con el entorno tan hostil en el que debe sobrevivir. La Jungla además, es casi tan importante como protagonista como lo son los personajes principales del filme. Sin duda Sangre en Indochina consigue plasmar perfectamente el lodazal que suponía aventurarse en semejante empresa colonial y para muestra, el director nos deja algunas secuencias terribles: El soldado herido que es llevado por compañeros suyos a cuestas y que se cae río abajo sin poder hacer nada, lo que da una frustrante sensación de lo frágil que es la vida en estos contextos; El cadáver del soldado que es envuelto por los insectos y como no podía ser de otra manera en Sangre en Indochina, las reiteradas escenas de acción, de las que ningún hombre puede escapar.

A priori puede parecer difícil analizar el contenido ideológico de la película, porque como digo, gran parte del metraje son continuas secuencias bélicas. Aún así, queda bastante claro que el cineasta francés enaltece la vida castrense de sus compatriotas. A diferencia de los franceses, que son organizados y eficaces, aparece la tropa aliada vietnamita, los cuales muchos de ellos son indisciplinados y no tienen reparo en huir abandonando el ejército. El mensaje de Sangre en Indochina es pues bastante evidente, y la película parece apoyar la intervención colonialista. También se destila una potente crítica al comunismo que por aquel imperaba en el país. Hemos de tener en cuenta que Pierre Schoendoerffer fue hecho prisionero durante la guerra colonial, mientras realizaba filmaciones documentales. A partir de esas crudas experiencias, el cineasta escribió un libro de título homónimo a la película. Después del éxito editorial de este, pudo cumplir su propósito inicial, que era realizar la película.

Por este motivo hay sin duda un aliento intrínseco en la película que nos puede recordar al cine documental o incluso al cinema verite. Desde la puesta en escena (gran parte del filme el director lo rodó cámara en mano) hasta el propio desarrollo del guión (la humanidad con la que Pierre Schoendoerffer baja a las ciénagas para enseñarnos la guerra) hay sin duda elementos que nos recuerdan al cine documental que además estaba en auge en la Francia de los sesenta.

Gran mérito a que el filme consiga transportarnos a los arrozales Vietnamitas se la debemos a Raoul Coutard, el encargado de la fotografía de la película. Coutard, un experimentado artista, especialmente célebre por sus colaboraciones en las películas de la Nouvelle Vague (Junto a Jean-Luc Godard y otros miembros) consigue dotar una personalidad única a Sangre en Indochina. Para ello emplea un profundo en blanco y negro, que aparentemente rehúye de consideraciones esteticistas y que se centra en la forma decadente que evoca la película. Múltiples son los planos que nos describen la jungla vietnamita como un ambiente hostil y peligroso, del que pocos son los soldados que sobreviven.

[1] Sylvie Blum-Reid, East-West Encounters: Franco-Asian Cinema and Literature, Ed. Wallflower Press, Londres 2003, pp.21

http://neokunst.wordpress.com/2014/10/28/sangre-en-indochina-1965/
Kyrios
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