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Voto de Kyrios:
7
Aventuras. Drama. Romance Desilusionados por los años que perdieron luchando como cruzados en Tierra Santa, Robin Hood y su amigo Little John regresan a Inglaterra y se dan cuenta de que todo ha vuelto a ser como antes. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richard Lester, famoso dentro del mundo cinematográfico especialmente por las dos películas que realizó con Los Beatles, “A Hard day’s Night” y “Help!”, pero también por conseguir la palma de oro en Cannes (Sorprendentemente, por otra parte) con “El Knack y cómo conseguirlo” realiza en esta obra, una interesante digresíon histórica y otra mirada más (pero a la vez también muy interesante, por ser tan singular y novedosa) sobre el personaje mítico de Robin Hood.

El eje principal es el paso del tiempo, esa inexorable fuerza que hace mella por igual tanto a ricos como pobres. De hecho en una de las primeras secuencias de la película, se nos muestra claramente este concepto, con la aparición del rey Ricardo Corazón de León y su reflexión final ante nuestro protagonista principal, Robin. Hay que advertir primeramente que se trata de una ficción histórica absoluta, más que en otras películas del género. La obra establece una relación de amistad (y también profesional, pues Robin combate a su lado) entre Robin Hood y el propio Ricardo (cuando la realidad, es que más bien sería al contrario, ya que Robin era un mercenario a servicio del rey Juan sin Tierra). Pero es interesante ver como utiliza el guión este recurso para seguir apoyando su discurso principal.

Durante muchos momentos el propio personaje de Robin hará alusiones a los viajes que realizó con el rey durante las cruzadas, reflexionará sobre las barbaridades que se cometieron en tierra santa, así como el amor perdido con Marian, interpretada por Audrey Hepburn. Los dos tenían una relación preciosa de amor, que se vio interrumpida por las necesidades de la guerra. Pero en la propia película este amor se volverá a desarrollar, de una manera apasionada, pese a los iniciales recelos del personaje de Marian, que finalmente acabará abriendo su corazón. El envite entre estos dos y sus constantes reflexiones sobre el paso del tiempo son en gran medida la salsa de la película, así como Lester plasma estas sensaciones, poéticamente, pero también sin olvidar que los dos personajes no son ya unos jovenzuelos, y esto el director lo tiene muy claro, con tal de no caer en ningún ridículo.

También las relaciones de amistad entre Robin y su grupo (los antiguos moradores del bosque de Sherwood) nos dan los mejores momentos de la película. Especialmente en el reecuentro, en el que después de tantos años, se vuelven a cruzar las caras, o la relación de Robin con Little John (el personaje más cercano a Robin y por ende, el mejor desarollado).

No olvidemos también que la propia madurez de los protagonistas la podemos ver en los mismos actores. Tenemos a un Sean Connery, que ya había encarnado al mítico agente británico (recordemos que el compositor de la música de Robin y Marian es por cierto, John Barry, el mismo que realizó el mítico tema para 007), así como Audrey Hepburn, que ya había realizado sus mejores películas. Los dos se encuentran en su máxima madurez, y como decía Goethe, con esta película realizan una vista atrás para acabar cerrando el círculo iniciado en su juventud.

De todas maneras el azúcar no domina la película y no se impone en ningún momento del film, pese a lo que nos pueda parecer. No olvidemos que tenemos a Richard Lester, uno de los maestros de la ironía y el humor fresco y cáustico, recordemos no sólo ya las películas de los Beatles, sino su otra interesante película histórica (o ambientada en otro tiempo) como es “Golfus de Roma”. No sólo vemos el humor en la personalidad del personaje de Robin, que con el paso del tiempo se ha ido cada vez más irónico y a la vez vivaz y perspicaz (esa ironía del hombre que ya lo ha visto casi todo) y también algún que otro gag visual, como la patada en los mismos que propicia Robin o la persecución en el castillo, al enseñarnos que el viejo Robin ha perdido cierta agilidad, al igual que su hermano John.

También y enlazado con esto, hay que decir que Lester le interesa mostrar la realidad. Que puede ser tan bella como terrible. Por eso Desmitifica al personaje de Robin, en tanto que no nos lo muestra como un Dios o un héroe convencional. La escena en la que se levanta y realiza las mismas tareas que haría cualquiera de nosotros es un gran ejemplo, mea y se rasca el trasero y luego escupe en el suelo. Seguramente Ridley Scott ni se habría planteado una secuencia similar.

Nada que ver con Errol Flynn o Kevin Costner, la versión marca un antes y un después en la figura de Robin Hood en el cine.

http://neokunst.wordpress.com/2013/05/01/analisis-filmico-robin-y-marian/
Kyrios
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