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Voto de Kyrios:
4
Thriller. Acción Perdita Durango es una mujer joven y peligrosa. Cada noche sueña con un jaguar que lame su cuerpo desnudo y se acuesta a su lado. Morena, sexy y muy descarada, lo suyo es aprovecharse del prójimo y vivir a tope, arrastrando con cierto orgullo un pasado bañado en sangre y extrañas pasiones. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de triunfar en España, con El Día de la Bestia (El Día de la Bestia, 1995), Alex De la Iglesia decidió cruzar el charco para realizar una película que contó un presupuesto elevadísimo en su momento (con acento mexicano), pero que fue un absoluto fiasco en taquilla. La película además adolece de los vicios clásicos de este tipo de películas dirigidas por cineastas que al marchar al extranjero, más en concreto, Hollywood, difuminan su propia personalidad artística, dejándose influir en exceso por la cinematografía norteamericana. Así, y a pesar de que De la Iglesia es un director con una potente personalidad, en Perdita Durango es difícil distinguir su huella de la violencia excesiva que emplea el cineasta, y que parece más bien un elemento impostado.

La película se podría calificar como una Road Movie, aunque eso sí, con un carácter bastante singular. Perdita Durango es nuestra protagonista (una heroína en una película de acción, aunque De la Iglesia opta por introducir algunos tópicos en la construcción del personaje, como el cliché de la Femme Fatale que es capaz de devorar cualquier hombre), una mujer sin pasado que se encuentra por puro azar con una persona igual de destructiva que ella, un santero interpretado por Javier Bardem (prácticamente irreconocible). Juntos formarán un tándem mortal que después de diversas aventuras se encontrarán con el objetivo de llegar a Las Vegas para un intercambio ilegal de droga. En el camino, secuestrarán a una pareja de norteamericanos, que les harán compañía durante todo el metraje.

Es cierto que en Perdita Durango existen por separado las características principales que encumbraron al cineasta, como es la Violencia esperpéntica, el humor más negro y en líneas generales ese absurdo tan cómico que caracteriza el cine del director, pero en conjunto la película adolece de una superficialidad extrema. Como decía anteriormente, se nota en exceso la influencia norteamericana: Numerosas escenas de acción que parecen pegotes buscando descaradamente el aspecto más comercial, violencia desenfrenada sin una lógica interna…La película es sin duda un cóctel de violencia y sexo que en realidad no se corresponde con un objetivo real de tratar de mostrar una visión artística, sino simplemente como un reclamo comercial, muy al rebufo del cine Tarantiniano, tan de boga en la década de los años noventa.

También se ha dicho de Perdita Durango que cumple en los aspectos técnicos, pero realmente es una película con abultados fallos de Raccord, que quedan especialmente palpables durante las secuencias de acción. Por ejemplo, en los varios tiroteos que presenta la película, los personajes pasan de un fotograma a otro a realizar acciones completamente diferentes, rompiendo así la lógica primaria del Raccord (Hay una escena en la que Bardem por poco no se puede decir que básicamente se tele transporta). Incluso la fotografía o la banda sonora resultan demasiado anodinas tratándose de una película de Álex de la Iglesia.

Hay otro tema que parece impostado en el filme y es sin duda el que rodea al personaje que interpreta Javier Bardem. El actor por sí sólo hace una interpretación realmente convincente, el problema es que el personaje no tiene demasiado sentido tal y como está construido. Y es que el guión no sabe muy bien de que está hablando cuando decide hacer converger en el personaje todos los tópicos posibles, convirtiéndolo en una mezcla de supersticioso, santero y mago negro, algo totalmente absurdo que no se sostiene por ningún lado y que provoca la vergüenza ajena cada vez que el personaje actúa de manera histriónica. Mucho más consistente resulta el personaje que interpreta Rosa Pérez y que da el título a la película, y en el que incluso podemos ver una constante evolución.

Numerosos guiños cinéfilos que se pueden ver desde el minuto uno en que el filme enseña los títulos de crédito (con ese homenaje a 2001: A Space Odyssey, mostrando el feto del nuevo niño; por cierto casi de manera gratuita, puesto que aunque se repita el tema posteriormente no tiene demasiada relación con el filme de Kubrick) y que parecen convertir la película en una serie de citas encadenadas que coloca De la Iglesia como una mezcla entre divertimento y homenaje. Se pueden enumerar varias, por ejemplo, a la ya comentada película de Kubrick se le puede añadir a otra del mismo director, A Clowork Orange (La Naranja mecánica, 1971), pues hay una selección de planos que aluden a dicha película, pero también se pueden citar otras como Veracruz (Veracruz, 1954) o incluso Batman (Batman, 1989). Es algo habitual en el cineasta, pero es cierto que en Perdita Durango este hecho se puede observar con más facilidad.

En definitiva, Perdita Durango es una historia de sadismo, violencia y sexo. Todos los ingredientes más instintivos del ser humano están mezclados en la película. La pregunta crucial es ¿Tienen un sentido práctico o simplemente están ahí para buscar desesperadamente al público más comercial?

https://neokunst.wordpress.com/2016/01/16/perdita-durango-1997/
Kyrios
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