La película está repleta (según mi parecer) de grandes aciertos, pero también de enormes fallos que acaban desquiciando.

Lo mejor de todo es el talento que demuestra el director Dormael detrás las cámaras, una gran dirección y una factura técnica realmente buena. Buena elección de planos (pese a que a veces acaba abusando de algunos). Pero el endiablado ritmo que en un principio sirve para conectar acaba cansando y pidiendo un respiro para que se pueda profundizar el perfil de los personajes, cosa que no acaba sucediendo nunca. Es como un tráiler pero estirado.

La película es un gran juego pero repleto de trampas. Digo esto porque me parece que el director juega con el espectador, pero no un poco no, juega con nosotros como le da la gana. Esto puede funcionar a veces (como con muchas películas de Lynch), pero aquí acaba cargando la película de giros y mas giros que acaban saturando. No es que me aburra o no preste atención, es que la película gira más que una peonza y me acabó desinteresando de la historia. No hay ningún hilo narrativo claro, el director empalma secuencias como le da la gana o le parecen bien, una por aquí otra por allá. La película no es compleja por su mensaje sino por cómo se cuenta toda la historia, con un montaje aceleradísimo que no da tiempo ni a respirar.

La música es un elemento que utiliza el director dándole mucha relevancia, ya que se sirve de ella para hacer muchas translaciones y cambios de escena, bastante variada ya que mezcla diferentes géneros en su mayoría con éxito.

El mensaje que quiere transmitir el film se entiende y es interesante, juega con problemas filosóficos y metafísicos pero algunas cosas sobran bastante y empañan lo que se quiere explicar.* Básicamente la película plantea como muchos pequeños detalles pueden acabar cambiando nuestras vidas y la importancia de las decisiones, también aparecen fragmentos de diversos dramas familiares pero que nunca se acaban de explotar del todo (no por culpa de los actores), además de demostrar la gran casualidad que es la existencia. Tristeza y alegría confluyen de la mano pasando en pocos minutos de un estado a otro (a veces le sale bien la jugada a Dormael otras no)

Los actores cumplen con su papel, sin que ninguno destaque por encima de otro.