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Voto de Kyrios:
7
Drama La aburrida vida en un pueblo de Salamanca de Don Alejandro, un antiguo director de orquesta viudo, escéptico y solitario, da un vuelco cuando conoce a Goyita, una niña de trece años inteligente, imaginativa y sensible. Se trata de un amor platónico, pero que no obstante incomoda a algunos vecinos influyentes. (FILMAFFINITY)
8 de septiembre de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Nido (El Nido, 1979) es una de las películas clave dentro de la filmografía de Jaime Armiñan, director español que a pesar de poseer obras de gran nivel tiene aún un reconocimiento minoritario. Y eso, hablando de una película como el nido, con una esencia tan libre y singular, es aún más doloroso.

Es difícil definir una película como El Nido. En el pequeño pueblo donde se ubica la acción, el colegio está representando una obra teatral, de ni más ni menos que de Shakespeare. Y podríamos decir que el tono trágico y teatral tiene una fuerte presencia en el filme, aunque nunca con un aspecto acartonado, sino recogiendo el espritu drámatico del escritor británico.

También es cierto que El Nido propone un guión que puede causar desasosiego en el espectador que afronte la película como una película más. Seguramente porque una de las bazas principales es el magnífico tratamiento que realiza Jaime de Armiñán con sus estrafalarios personajes, que pueden repeler al público. Armiñán no pretenden convencer a nadie por la vía fácil, y por este motivo nos encontramos ante unos personajes que no sólo es que no entren dentro de las convenciones habituales, sino que parecen no hacer ningún favor por ganarse la admiración del espectador.

El Nido nos desarrolla un caso de amor platónico. Nuestro protagonista principal, interpretado por Héctor Alterio , es un rico propietario que posee varias tierras heredadas de su mujer, que falleció tiempo atrás. La primera secuencia de la película define bien la esencia trágica que encierra: Y es que Nunca ha sido feliz. A pesar de tener un profundo respeto por su antigua compañera, nunca sintió realmente amor por ella. En dicha escena lo vemos abandonado en su lujoso piso, jugando al ajedrez sólo mientras se sirve la enésima copa de Whisky.

Por ese motivo, la inclusión del personaje de Anna Torrent en la vida de nuestro protagonista cambiará profundamente a nuestro soltero de oro. Anna Torrent interpreta a una pequeña adolescente de trece años, que a pesar de su edad, muestra una gran inteligencia y avidez Aquí Jaime de Armiñán vuelve acertar con el retrato, porque si ya anteriormente habíamos visto a un ser anclado en su soledad y que resultaba hermético para el espectador, otro tanto sucede con el personaje de Torrent. Porque no es sólo una simple niña de trece años, sino que a lo largo de la película seremos testigos del malditismo que rodea a la adolescente, que además de los profundos cambios que está padeciendo debido a su tierna edad, también ha de soportar un ambiente familiar muy poco propicio. Atención especial en este aspecto merece el personaje que interpreta Ovidi Montllor (no hace falta que recordemos que además de intérprete ha tocado otros muchos campos), el padre de la niña que no es capaz ni de castigar a su hija cuando está comete sus errores.

La película pues desarrolla una historia de amor, pero totalmente sui generis, sin que intervengan los elementos tradicionales. Por ejemplo, una de las constantes de El Nido son las peticiones constantes que la niña realiza sobre el personaje interpretado por Héctor Alterio. Un intercambio de roles que hace que la película tenga una idiosincrasia tan especial.Porque en parte una de las poéticas de la película es el retrato de la vorágine de la locura en la que cae nuestro protagonista. Para el recuerdo quedan las secuencias en las que a petición de la joven, nuestro protagonista acabará quemando los objetos personales de su antigua mujer.

Como no podía resultar de otra manera si hablamos de un amor prohibido, el pueblo entero se acabará oponiendo a la relación.Hemos de tener en cuenta que semejante argumento debió de causar una profunda conmoción al propio espectador que asistía a la sala de cine sólo cuatro años más tarde de la muerte del dictador, en plena transición.

Hay que destacar también diversos técnicos, como la fotografía de Teo Escamilla, que aprovecha perfectamente la explotación de los escenarios que utiliza la película, ambientada en plena campiña castellana. El paisaje de hecho, tiene un papel básico en el precioso final de la película, que alude al género western. Una vez nuestro protagonista ha comprendido que el amor con la joven es prácticamente imposible, Armiñán cierra el filme con un majestuoso final que une la condición del cine western, con un tiroteo entre las rocas que ineludiblemente alude al género citado, así como a la vena trágica que comentaba en un primer momento.

En conclusión, El Nido es una película extraña, que actúa como un imán sobre el espectador, repeliendo y atrayendo no sólo a diversos públicos, sino que a los mismos durante su visionado.

http://neokunst.wordpress.com/2014/09/07/el-nido-1979/
Kyrios
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