Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Kyrios:
5
Terror Una familia americana se instala en una mansión a pesar de saber que allí, unos años antes, tuvo lugar una sangrienta tragedia. George, Kathy y los niños pronto detectan la presencia de unos seres maléficos. Horrorizados e impotentes ante tal situación, acaban buscando la ayuda de un peculiar sacerdote, el padre Delaney. (FILMAFFINITY)
1 de junio de 2014
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Amityville Horror (1979) está basado en el exitoso libro de Jay Anson, de título homónimo a la película. El filme pues, al igual que la novela, nos cuenta un hecho real que causó un fuerte impacto en la sociedad norteamericana, que tuvo lugar el 1974, cuando Ronald De Feo, el hijo mayor de la familia que habitaba en la casa de Amytiville, asesinó a sangre fría a los demás miembros (cuatro personas en total). El libro de Anson revelaba que había una especie de maldición en la mansión donde se habían cometido los crímenes, porque la familia que había comprado la casa después del incidente, había padecido unos extraños casos paranormales. En realidad, el tema de Amityville se ha convertido con el paso del tiempo en una fuente de mitología que se ha enraizado con fuerza en el subconsciente popular.

De ahí, que el cine, como medio por antonomasia para las masas, se haya hecho eco de manera insistente del mito. La primera película que trató el tema (y seguramente una de las mejores) fue The Amityville Horror y se realizó el 1979 bajo la dirección de Stuart Rosenberg. La película, se une a otras de la década de los setenta e inicios de los ochenta, porque consigue captar fielmente el desmembramiento de un núcleo familiar[1] (la pareja interpretada por James Brolin y Margot Kidder, con los hijos respectivos de ella) tal y como lo haría un año después The Shinning (El Resplandor, 1980) o como ya lo había hecho The Exorcist (El exorcista, 1974). En realidad hay una interesante relación entre la película del Resplandor de Kubrick, y la de Stuart Rosenberg. Resulta más que probable que Kubrick recogiera algunos elementos de el Horror de Amytiville para confeccionar su propia película (que está a un nivel muy superior al de esta). Por ejemplo, la locura progresiva de nuestro protagonista masculino, interpretado por James Brolin, tiene muchas similitudes con el personaje de Jack Torrance, interpretado por Jack Nichsolson. Ambos son padres de familia, que al entrar en un terreno hostil acabarán por perder la cordura poco a poco. En ambas situaciones son personajes que se ven presionados por la circunstancias de ser el pilar principal de las familias, con la desgracia de que sin ellos la familia se iría a pique. Físicamente, la progresiva decadencia mental de los dos protagonistas tiene su eco en el aspecto visual, y el espectador puede ir comprobando como los personajes se van convirtiendo paulatinamente en unos enajenados psicóticos. Además, también nos encontramos con la nota iconográfica del hacha, elemento que hizo famoso al personaje de Jack Nicholson, y que en la película de Stuart Rosenberg tiene una importancia capital (el objeto). En reiteradas ocasiones podemos encontrar al personaje de James Brolin sosteniendo el arma, que de manera amenazadora se cierne sobre los miembros de la familia en más de una ocasión. Por si fuera poco, una de las escenas más célebres de la película de Kubrick es la archiconocida secuencia de Here’s Johny (Nicholson entrando a hachazos en la habitación donde está Shelley Duvall), que tiene un eco muy parecido en la de Stuart Rosenberg. Otros autores han ido más lejos, afirmando que la propia estructura de la película, separada en días por diversos subtítulos que anuncian los acontecimientos, sirvió de referencia a Kubrick para el resplandor, aunque aquí la cita es mínima.

El problema es que la película de Stuart Rosenberg es demasiado blanda. Realizada cinco años después del exorcista, la violencia de una película y otra es incomparable. The Amytiville hace especial hincapié en la mansión encantada (con precedentes como The Haunting, película de Robert Wise realizada en el 1963), y los mayores sustos de la película tratan de venir de cerramientos de puertas y voces fantasmales que parecen provenir del aire. William Friedkin, el director del exorcista, había demostrado que el mundo buscaba otro tipo de terror. También hay una influencia notable del exorcista en la propia película de Rosenberg, y de hecho en cierto momento del film los protagonistas tratan de exorcizar la casa, con nulos resultados. Por otra parte, The Amityville Horror tiene una vena religiosa bastante palpable.

La propia música que encontramos en Amityville, compuesta por Lalo Schifrin es un descarte musical, que Friedkin no quiso para la película del Exorcista. Y entendemos porque, ya que en lugar de crear una atmósfera, la música de Schifrin trata de introducir elementos narrativos, más a la vieja usanza del terror clásico que otras composiciones musicales como la moderna creación de Jerry Goldsmith para The Omen (La profecía, 1976).

En definitiva, la película de Rosenberg creó un mito que sin embargo, cinematográficamente hablando, no ha encontrado una respuesta de calidad. La película de Rosenberg, pese a las intenciones del director por crear una atmósfera inquietante, se acaban frustrando por la simpleza de un guión que ya no aterroriza. Si es verdad que hay secuencias destacables que podrían haber entrado perfectamente dentro de las peculiares muertes de la profecía, como la secuencia del cura atacado por las moscas (este personaje es el que da más salsa a la película), los siniestros sueños del personaje de Margot Kidder (que vaticinan su muerte a manos de su marido) o las secuencias que se desarrollan en el misterioso sótano de la mansión, lugar inquietante del que parece que procede el mal de la casa.

http://neokunst.wordpress.com/2014/05/3 ... rror-1979/



[1] Para mayor información consultar: Tony Williams, Hearts of Darknes: The family in the American horror film, Ed. Associated university presses, Massachusetts 1996
Kyrios
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow