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Documental
Chris Herren fue una estrella de baloncesto de instituto, lo que le permitió cumplir su sueño: ser jugador en la NBA. Sin embargo, la drogadicción acabó destruyendo su carrera. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las estadísticas sobre la fortuna acerca de los jugadores NBA después de terminar su trayectoria en la liga no son nada halagüeñas. El sesenta por ciento de las estrellas de la NBA se arruina después de su retirada en el término de cuatro años. Muchos de los jugadores son tratados desde niños como auténticas estrellas y antes que cuidar su educación se intenta que los muchachos se conviertan en máquinas de hacer dinero. Si a eso le añadimos que muchos de ellos provienen de núcleos familiares conflictivos tenemos una combinación explosiva. Desde luego hay casos y casos. Uno de los más sonados fue el de Len Bias, jugador que con tan sólo 22 años fue seleccionado en el segundo número del Draft por los Boston Celtics. Ese mismo día fue a celebrarlo con los amigos, muriendo de sobredosis esa misma noche. Sin duda alguna una broma macabra de muy mal gusto.
Chris Herren ha tenido una vida muy particular. Consumió la vida por los dos lados y que este vivo aún, después de cuatro sobredosis y un largo periplo por el infierno, es un auténtico milagro.
Chris Herren nació en Fall River, una pequeña población de los Estados Unidos situada En Massachussets y ya de muy joven empezó a destacar en el baloncesto. Muchos han comparado el estilo de juego de Chris Herren con el de Jason Williams y realmente tenían bastantes coincidencias. Los dos pese al color blanco de su piel hacían un juego que muchos calificaron como explosivo y al propio Williams le apodaban con el sobrenombre de Chocolate blanco por su facilidad por hacer el último pase la manera más complicada posible (el inventor del pase con el codo). Con su 1’90 de estatura, Chris Herren se convirtió en uno de los bases más populares y rápidamente fue llamado para jugar en distintas universidades. Uno de sus primeros equipos fue el Eagles de Boston, donde Herren se trasladó para estudiar. Desgraciadamente su pesadilla empezó en esta universidad de Boston.
Chris Herren ya se había revelado como un chico problemático. En el instituto se había propasado con el alcohol diversas veces incluso antes de disputar partidos. Pero una cosa era el alcohol y otra muy diferente la cocaína. Herren dio positivo en un control y fue traspasado a la universidad de Fresno en . Su particular infierno había empezado. Se había convertido en una vergüenza para el pequeño pueblo que lo había visto nacer. Todo el mundo, incluyendo por supuesto su familia, había depositado sus esperanzas en él, pero el jugador les había decepcionado. Empezó entonces una de las muchas promesas incumplidas en las que el jugador prometió no volver a tomar ninguna sustancia. Todas y cada una de estas promesas rompió el jugador.
Aunque hay que decir que pese a los desvaríos que el jugador tenía en la Universidad de Fresno se convirtió en uno de los mejores jugadores de la liga, promediando grandes números. Quizá era demasiado irregular, pero todo el mundo veía en él amplias posibilidades de entrar en el draft de la NBA, como sucedió finalmente.
A partir de ahí sucede un giro decisivo en la vida de Chris Herren. Un giro que hace que hoy en día aún se conozca su historia y no haya pasado por el mundo como un drogadicto más. Herren se casó y tuvo un hijo con su esposa, Heather, que resultó un apoyo moral incondicional durante las múltiples recaídas del jugador. Chris pareció tomar responsabilidades y dejo de lado sus propios demonios. Fue seleccionado por el Draft de la NBA por los Nuggets de Denver.
Allí cumplió su primer año en la NBA, donde fue vigilado de cerca por los jugadores del equipo, entre ellos Antonio McDyess y Nick Van Exel, auténticas estrellas. Nada más verlo le dijeron-Chaval, conocemos tu historial, así que te vigilaremos de cerca-Así fue y afortunadamente y en palabras del propio Herren fue uno de sus años más sanos.
Había cumplido su sueño. Estaba jugando en la NBA y contaba con mucho dinero en sus manos. Pero no tenía control. Y empezó a perderlo todo. Fue traspasado a los Boston Celtics, uno de los equipos más prestigiosos de la NBA. El hijo predilecto volvía a la ciudad. O eso Parecía. Primero fue la Oxicodona, un analgésico que muchos jugadores utilizaban para aliviar el dolor durante las lesiones. Pero Herren empezó a tomarlo de manera compulsiva. Los relatos del jugador resultan estremecedores y pese a que parecía mantener el tipo se consumía por dentro.
Después de una temporada irregular empezó el exilio del jugador. Se marcho de los Estados Unidos para aterrizar en el Galatasaray Turco donde realizó una temporada bastante correcta. También en China hizo unos buenos números y es que al igual que había sucedido en su etapa universitaria, nadie se quejaba si el jugador cumplía. A nadie le importaba la cara humana del jugador mientras cumpliera de manera profesional.
El problema es que ya no era sóla la oxicodona. Chris Herren consumía prácticamente todo. Ya había empezado además con la heroína, una de las drogas más letales. Las anécdotas que cuenta el propio jugador resultan totalmente desesperantes. cuenta un hecho bastante demoledor, en todos los países que visitó, y en cualquiera de los momentos tuvo acceso a todo tipo de drogas, legales o ilegales.
El jugador se perdió en el infierno que él mismo había creado. Pese a los dos hijos que tenía con su esposa, había abandonado totalmente la esperanza y era un fracaso andante. En varios momentos se le pasó la idea del suicidio porque ¿qué podía aportar sino a su familia? Cada vez que recaía era una carga constante para su familia, que volvía a hundirse con ellos un poco más. Herren cuenta que durante uno de sus múltiples delirios estuvo a punto de abandonar a su familia y seguir la vida de vagabundo, después de compartir una botella de alcohol con uno de ellos.
Sigue en Spoiler
http://neokunst.wordpress.com/2013/07/19/chris-herren-y-las-drogas/
Chris Herren ha tenido una vida muy particular. Consumió la vida por los dos lados y que este vivo aún, después de cuatro sobredosis y un largo periplo por el infierno, es un auténtico milagro.
Chris Herren nació en Fall River, una pequeña población de los Estados Unidos situada En Massachussets y ya de muy joven empezó a destacar en el baloncesto. Muchos han comparado el estilo de juego de Chris Herren con el de Jason Williams y realmente tenían bastantes coincidencias. Los dos pese al color blanco de su piel hacían un juego que muchos calificaron como explosivo y al propio Williams le apodaban con el sobrenombre de Chocolate blanco por su facilidad por hacer el último pase la manera más complicada posible (el inventor del pase con el codo). Con su 1’90 de estatura, Chris Herren se convirtió en uno de los bases más populares y rápidamente fue llamado para jugar en distintas universidades. Uno de sus primeros equipos fue el Eagles de Boston, donde Herren se trasladó para estudiar. Desgraciadamente su pesadilla empezó en esta universidad de Boston.
Chris Herren ya se había revelado como un chico problemático. En el instituto se había propasado con el alcohol diversas veces incluso antes de disputar partidos. Pero una cosa era el alcohol y otra muy diferente la cocaína. Herren dio positivo en un control y fue traspasado a la universidad de Fresno en . Su particular infierno había empezado. Se había convertido en una vergüenza para el pequeño pueblo que lo había visto nacer. Todo el mundo, incluyendo por supuesto su familia, había depositado sus esperanzas en él, pero el jugador les había decepcionado. Empezó entonces una de las muchas promesas incumplidas en las que el jugador prometió no volver a tomar ninguna sustancia. Todas y cada una de estas promesas rompió el jugador.
Aunque hay que decir que pese a los desvaríos que el jugador tenía en la Universidad de Fresno se convirtió en uno de los mejores jugadores de la liga, promediando grandes números. Quizá era demasiado irregular, pero todo el mundo veía en él amplias posibilidades de entrar en el draft de la NBA, como sucedió finalmente.
A partir de ahí sucede un giro decisivo en la vida de Chris Herren. Un giro que hace que hoy en día aún se conozca su historia y no haya pasado por el mundo como un drogadicto más. Herren se casó y tuvo un hijo con su esposa, Heather, que resultó un apoyo moral incondicional durante las múltiples recaídas del jugador. Chris pareció tomar responsabilidades y dejo de lado sus propios demonios. Fue seleccionado por el Draft de la NBA por los Nuggets de Denver.
Allí cumplió su primer año en la NBA, donde fue vigilado de cerca por los jugadores del equipo, entre ellos Antonio McDyess y Nick Van Exel, auténticas estrellas. Nada más verlo le dijeron-Chaval, conocemos tu historial, así que te vigilaremos de cerca-Así fue y afortunadamente y en palabras del propio Herren fue uno de sus años más sanos.
Había cumplido su sueño. Estaba jugando en la NBA y contaba con mucho dinero en sus manos. Pero no tenía control. Y empezó a perderlo todo. Fue traspasado a los Boston Celtics, uno de los equipos más prestigiosos de la NBA. El hijo predilecto volvía a la ciudad. O eso Parecía. Primero fue la Oxicodona, un analgésico que muchos jugadores utilizaban para aliviar el dolor durante las lesiones. Pero Herren empezó a tomarlo de manera compulsiva. Los relatos del jugador resultan estremecedores y pese a que parecía mantener el tipo se consumía por dentro.
Después de una temporada irregular empezó el exilio del jugador. Se marcho de los Estados Unidos para aterrizar en el Galatasaray Turco donde realizó una temporada bastante correcta. También en China hizo unos buenos números y es que al igual que había sucedido en su etapa universitaria, nadie se quejaba si el jugador cumplía. A nadie le importaba la cara humana del jugador mientras cumpliera de manera profesional.
El problema es que ya no era sóla la oxicodona. Chris Herren consumía prácticamente todo. Ya había empezado además con la heroína, una de las drogas más letales. Las anécdotas que cuenta el propio jugador resultan totalmente desesperantes. cuenta un hecho bastante demoledor, en todos los países que visitó, y en cualquiera de los momentos tuvo acceso a todo tipo de drogas, legales o ilegales.
El jugador se perdió en el infierno que él mismo había creado. Pese a los dos hijos que tenía con su esposa, había abandonado totalmente la esperanza y era un fracaso andante. En varios momentos se le pasó la idea del suicidio porque ¿qué podía aportar sino a su familia? Cada vez que recaía era una carga constante para su familia, que volvía a hundirse con ellos un poco más. Herren cuenta que durante uno de sus múltiples delirios estuvo a punto de abandonar a su familia y seguir la vida de vagabundo, después de compartir una botella de alcohol con uno de ellos.
Sigue en Spoiler
http://neokunst.wordpress.com/2013/07/19/chris-herren-y-las-drogas/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por suerte la historia no estaba sentenciada para el exjugador. Después de un revés de fortuna, fue ingresado en un centro de desintoxicación por una de las antiguas conocidas de su difunta madre. Ahí empezó la redención aunque aún habría de pasar más calamidades. Le permitieron volver a salir para ver el nacimiento de su tercer hijo y lo primero que hizo después de salir del hospital fue entrar en una licorería. Su mujer le miró a los ojos y le dijo que o volvía al centro de desintoxicación o no se atreviera a aparecer por allí. El jugador volvió después de haber incumplido las promesas con el centro y uno de los asistentes que le cuidaba le soltó una de las frases que más ha afectado al jugador. ¿Porqué no llamas a tu familia y los dejas de una vez en paz? ¿No te das cuenta que cada vez que recaes hundes a tu familia un vez más?
Chris Herren ganó la partida. Actualmente está totalmente desintoxicado e imparte diversas charlas por Estados Unidos para advertir a todo tipo de públicos (no sólo jóvenes) de los efectos de las drogas. Ya no es un jugador de la NBA, pero se ha convertido en algo más importante, una persona. Ahora vive con su mujer e hijos tranquilamente en su casa y por fin, después de mucho tiempo, puede afeitarse mirándose al espejo. Antes era totalmente incapaz de mirar su cara en el espejo.
Chris Herren ganó la partida. Actualmente está totalmente desintoxicado e imparte diversas charlas por Estados Unidos para advertir a todo tipo de públicos (no sólo jóvenes) de los efectos de las drogas. Ya no es un jugador de la NBA, pero se ha convertido en algo más importante, una persona. Ahora vive con su mujer e hijos tranquilamente en su casa y por fin, después de mucho tiempo, puede afeitarse mirándose al espejo. Antes era totalmente incapaz de mirar su cara en el espejo.