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Voto de Kyrios:
7
Terror. Drama. Thriller Un niño que trabaja en el circo de su padre como mago y mimo, y cuya madre es una fanática religiosa que lidera una secta apocalíptica llamada "Santa Sangre", experimenta una serie de atroces vivencias que lo llevan a ser recluido en un hospital psiquiátrico. Ya adulto, emprende un viaje interior cuya meta es liberarse de los fantasmas que lo atosigan. (FILMAFFINITY)
12 de septiembre de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alejandro Jodorowsky está hecho todo un personaje. Los que ya lo conozcan afirmarán con la cabeza esta sentencia, mientras que los que desconocen la figura del director pueden remitirse a su carrera profesional para ver las extravagancias del artista mejicano. La dirección de cine es sólo una de las aéreas profesionales que Jodorowsky ha cultivado, pero también lo podemos encontrar en otros estilos, como el cómic (que según el artista mejicano le ha permitido una creatividad inusitada que no se encuentra en otros ambientes) como guionista, donde ha podido colaborar con gente del nivel del artista francés Moebius. Pero también se puede ver la figura de Jodorowsky como un falso profeta y un dicharachero de cuidado, y es que ha escrito un manual de pseufosilosofía en el que propone una doctrina a la que él mismo llama como Psicomagia que supuestamente ayuda al desarrollo espiritual del ser humano. Que el tío sabe venderse queda bastante claro.

Pero más allá de paparruchadas intangibles, hay que decir que Santa Sangre, realizada en 1989 es una película que destila una creatividad e imaginación bastante alta, y que en muchas ocasiones roza el nivel de excelencia. La película está calificada con la etiqueta de cine de terror, pero quedarse simplemente en este aspecto sería un absoluto error, porque realmente la película no se puede encasillar en ningún género, y desde luego los sentimientos que produce el film son bastante variados, incluyendo sensaciones que el espectador puede sentir como contradictorias. Desde terror, asco, extravagancia, pero también ternura y compasión, todos estos sentimientos se pueden tener viendo sólo la película.

Lo que está claro es que una obra de Jodorowsky no es una película apta para todos los públicos. Con un flashback inicial, recordamos la infancia de Fénix, nuestro protagonista principal, que forma parte de una compañía de circo, y que tiene a sus dos padres trabajando en ella. Este ambiente inicial, recuerda de manera muy aproximada a la obra de Tod Browning, en la película de Freaks. La galería de personajes que el director hace recurrir nos demuestra que la creatividad del director está bastante por encima de la media, mostrándonos en igual medida, rechazo y compasión por sus personajes, como ya hiciera el director americano Tod Browning en la película ya citada. Por si fuera poco, el artista mexicano nos propone una gran serie de secuencias que hace que el espectador choque con la realidad tan singular que propone el film. Desde esos seres de circo que parecen una deformación de la raza humana (su padre ogro, un alcohólico que tiene un espectáculo de cuchillos hasta su madre que tiene una secta conocida como Santa Sangre, de la que la película saca el título) pasando por alguna secuencia que demuestra una poética muy particular, como la muerte del elefante y su enterramiento posterior.

En este primer episodio principal, se empiezan a ver las semillas de lo que será la degeneración mental del protagonista principal, presentándonos una gran serie de traumas que formarán la personalidad posterior del protagonista. Es decir, Aquí se sientan las bases de lo que será la tortura mental del protagonista. Su madre muere de hecho en este primer fragmento, pero su imagen se le aparecerá a Fénix una vez retomado el presente e instándole a que cometa actos atroces. Su madre, es un claro simbolismo al que recurre el director para mostrar la parte más violenta y agresiva de Fénix, representando todo su lado más oscuro, sus fantasmas internos. Muy interesante es el detalle (claramente propio de Jodorowsky, al que le encantan estas situaciones que bordean de manera muy clara los límites de la realidad y del bizarro) de que el hijo preste en casi todas las acciones las manos a su madre (esta los perdió en su muerte). En contraposición de este personaje encontramos el antiguo amor de su infancia, que ya aparece en el flashback inicial, y que se trata de una joven muda. Ella responde a todas las virtudes positivas que se encuentran en Fénix y que están bastante ocultas, como la candidez y la bondad, y por eso el director hace que ella no recurra nunca a la palabra.

En gran parte, la película es una reconstrucción a toda escala (casi siempre vemos la visiones alucinantes que él tiene) de la mente de un asesino en serie como es Fénix. Gracias a todas las secuencias oníricas y a las ideas que nos muestran como el personaje desvaría, en gran parte a un ambiente totalmente desestructurado como es su familia, nos logramos hacer una idea de lo que se encuentra en una cabeza como la de Fénix. La madre de Fénix y sus comentarios que sólo suenan en la cabeza del protagonista principal, así como la lucha que tiene en su interior por no dejarse dominar por este instinto criminal.

Como no podía ser de otra manera hablando de Jodorowsky, las situaciones que bordean el bizarrismo, así como la transgresión de elementos simbólicos están totalmente a la orden del día. Aparte de las ya comentadas escenas, también encontramos diversas visiones que proponen a Fénix como un nuevo Cristo (en diversas alucinaciones que él tiene, así como las referencias a otros elementos cristianos, como las palomas) o imágenes que deforman el mundo real, como la muchacha gigante a la que Fénix liquida. En gran parte, el ambiente donde se desarrolla la acción, la Ciudad de México, no deja de ser una alucinación personal en la que se confunden ritos, cadáveres y fiestas paganas donde los símbolos mortuorios están siempre latentes, pero también la fiesta y la pasión sexual más desenfrenada.
Kyrios
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