Terry Gilliam es sin duda un polémico director que no acostumbra a dejar a nadie indiferente. Dicho esto, que es sabido por todos, entiendo perfectamente la gente que odia las paranoias o los recursos visuales (incluyo también el vestuario) de Gilliam, es realmente una película en la que cuesta entrar. Ahora bien la película no es un simple entretenimiento, intenta decirnos algo, otra cosa es que lo consiga o no ( que en mi opinión si), por lo que todo aquel que quiera ver cine de evasión que no se equivoque que esta no es su película.

Creo que la lectura del magnífico libro 1984 de Orwell o como mínimo saber los dilemas que plantea el libro, es indispensable para la comprensión del film. Gilliam interpreta el libro siguiendo sus propias maneras de entender el libro (y el cine).

En mi entender la pelicula es realmente una visión bastante pesimista sobre el mundo que retrata (la burocracia, la represión del sistema) sólo se tiene que rascar un poco sobre la recargada superfície de la obra (creo que es otro motivo por el que la gente se enerva).

Una película totalmente barroca, recargada en muchos sentidos (y como no podía ser de otra manera en el cine de Gilliam) especialmente en el aspecto visual. En la cual se sirve de los sueños del protagonista para dar rienda suelta a todos sus delirios. Ahora bien todas estas ensoñaciones son fundamentales para el film. Como ya han apuntado otros, el personaje utiliza todos esos sueños para huir de un mundo que le oprime y no le permite ser feliz, como una vía de escape. Más o menos como pasaba en el libro pero explicado de la manera que entiende el director.

La película toca diversos géneros, como la ciencia ficción o el humor negro (toda la historia de la madre y en especial la parte final, es desternillante) pero sin que esto estorbe en su narración. Y sabe plasmar perfectamente de manera más o menos cómica todo lo que en libro acontece de manera mucho más dramática pero sin banalizar (recurso muy utilizado en el cine de Gilliam), buen ejemplo de ello es el amor platónico que padece Sam Laurie. O la opresión que sufre la gente del ministerio. Aún por esto, el film llega a poner los pelos de punta en los momentos en los que necesita ser trágicos*

Las actuaciones son muy buenas y se agradace bastante los cameos de Robert, aunque ningún actor desmerece el film, y Jonathan Pryce la clava en su papel de fracasado.
Recomendada para el que le interese el tema de las utopías o visiones sobre la sociedad futura (aunque por desgracia en algunos casos la película podría retratar el presente perfectamente).