Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Kyrios:
7
Western Un sheriff abandona su puesto para perseguir a un joven mexicano acusado de violar a una pequeña de doce años. Es un joven rápido con el cuchillo, y difícil de capturar, por lo que su persecución es larga y complicada. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se engaña a nadie afirmando que después de las películas que realizó Sergio Leone, el subgénero del Spagheti Western quedó en cierto sentido huérfano. Pero, aunque es cierto que no haya ningún director que haya mantenido una trayectoria tan excelsa como la del director romano (quizá el que más se le parezca sea Sergio Corbucci), también es verdad que puntualmente han destacado películas de un nivel notable, aunque sea de manera aislada. Es el caso de El gran silencio de Sergio Corbucci, de Hombre a Hombre de Giuilio Petrano, o en el caso que nos ocupa, El halcón y la presa, de Sergio Sollima.

El halcón y la presa, realizada en el 1966 es una película que aunque tiene semejanzas con otras películas del subgénero, también tiene unas diferencias bastante visibles. Por ejemplo, es una de las pocas películas no sólo del Spaghetti, sino también del Western, que tiene unas actitudes políticas de crítica muy bien concebidas. En este sentido la película se moja bastante a favor de romper muchos de los clichés y estereotipos del género.

Por otra parte la trayectoria del director, Sergio Sollima es menos sólida que la de otros directores de Spagheti (cosa que ya es decir) y apenas después de realizar la película dirigió alguna que otra obra más dentro del mundo del western, sin resultados excesivamente destacables (incluso volviendo a repetir el personaje que aparece en el halcón y la presa, el de Cuchillo Sánchez) para después realizar una serie de películas de thrillers urbanos de Serie B tan de moda en Italia, aunque sin grandes resultados. Quizá suene cruel pero seguramente con el halcón y la presa tuvo la suerte de dar con todas las teclas necesarias para realizar una película bastante notable. Y claro está, encontrar a dos actores de la talla de Lee Van Cleef y Tomas Milian.

Como ya decía, es cierto que la película sigue muchas de las reglas que surgieron con la aparición de las películas del gran genio Sergio Leone. No tenemos a Clint Eastwood, pero tenemos a Lee Van Cleef, un actor que ya aparecía en las películas de Leone y que repetiría muchos papeles dentro del subgénero. Sin duda realiza para la película una de las mejores interpretaciones de su carrera y su gestualidad acompaña muy decentemente a la caracterización del personaje. Tampoco el argumento a priori parece diferenciarse mucho de otras películas westerns. En este caso nuestro personaje principal, deberá seguir los pasos de un criminal mejicano, Cuchillo Sánchez, interpretado por Tomas Milian, al que se le supone un crimen de violación a una menor.

Pero en realidad, El halcón y la presa es una película mucho más compleja que otras películas. Incluso, pese a no ser mejor que las mejores obras de Leone, si encontramos una actitud de crítica y análisis social que no existía en las obras del director romano.

Y es que, nuestro personaje es enviado por un hombre de negocios norteamericano que tiene mucho interés en deshacerse rápidamente del personaje que interpreta Tomas Milian. Poco a poco la película irá desvelando sus cartas…en realidad, nada es tan simple como parece en un primer momento. Tomas Milian no es más que un chivo expiatorio al que se le atribuyen crímenes que no ha cometido. Una jugada argumental que nos revela las intenciones maquiavélicas de las altas esferas, que intentan ocultar un atroz crimen echando las culpas a un personaje de una condición inferior al que todos tomarán por culpable de primeras. La película aún va más allá, reflexionando sobre el propio género. ¿Por qué en muchas películas del género, el malo siempre es el inmigrante o el extranjero? ¿Por qué los indios? ¿Por qué esta insistencia en pintar a los mexicanos como seres mayoritariamente abominables? La película le da un vuelco a todas estas cuestiones. Si en un primer momento parecía que se iban cumpliendo todas las premisas arquetípicas, a medida que avanza la película nos daremos cuenta del error de juicio inicial, que no sólo toma el público, sino también nuestro personaje principal interpretado por Lee Van Cleef.

Y es que otro de los grandes éxitos de la película es la caracterización psicológica de los personajes. Si en muchos de los spaghetti westerns, los personajes principales no son más que muñecos de trapo o peleles que lo único para lo que sirve es para empuñar un arma y apretar el gatillo, en el Halcón y la presa sucede lo contrario. Reveladora es una frase que el personaje de Lee Van Cleef le espeta a su superior, una vez ha descubierto el engaño, cuando le pregunta si se pensaba que él simplemente era uno más de los hombres que disparan sin preguntar antes (una vez más una referencia a otras películas del género). Tanto el personaje de Lee Van Cleef como el de Tomas Milian resultan mucho más profundo de lo que en un principio propone la propia película. Van Cleef no es un simple pistolero mercenario, sino que tiene un código ético bastante insólito. Por otra parte, Tomas Milian no es tampoco un simple bufón (como se intuye en los primeros compases de la película, con su actitud cómica y graciosa) sino que demuestra ser un hombre de carne y hueso. En algunas secuencias el film nos muestra secuencias intimistas en las que su personaje revela una complejidad pocas veces vista en el Spaghetti Western.

Argumentalmente la película tiene mucho de Road Movie. No escoge un espacio único para desarrollar la acción, sino que los personajes irán avanzando por diversos parajes debido a la búsqueda. Paradójicamente es un viaje que hará evolucionar a los dos personajes, de tal manera que el desarrollo de la película nos hace pensar que no es casual esta elección.

http://neokunst.wordpress.com/2013/11/01/el-halcon-y-la-presa/
Kyrios
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow