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Voto de Kyrios:
8
Terror. Thriller. Drama Carol Ledoux es una bella y reprimida joven belga que vive con su hermana Helen en un apartamento de Londres. Carol experimenta sentimientos simultáneos y contradictorios de atracción y repulsión hacia los hombres; por eso para ella resulta tan incómoda la relación que mantiene su hermana con un hombre casado. Cuando la pareja se marcha de vacaciones, Carol comienza a tener alucinaciones y su mente se desquicia. (FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Repulsión (1965) se trata del segundo largometraje del genial director Roman Polanski después de la realización del Cuchillo en el Agua (1962) en su Polonia natal. Pero pese a la juventud que el maestro destilaba en aquella época, se trata de una de sus obras más icónicas y que con el paso del tiempo ha ido ganando cada vez más adeptos.

Repulsión no contó con un gran presupuesto, pero eso era lo de menos para Polanski, que consiguió aterrorizar a todo el público con una historia cuya trama sucede en casi todo su metraje en la misma ubicación, en la casa de nuestra joven protagonista, interpretada ni más ni menos por la mítica actriz francesa Catherine Deneveu, que contaba con apenas veintidós años cuando realizó una de las mejores interpretaciones que se hayan visto nunca en una película de terror. De hecho puede ponerse a la misma altura que otra gran interpretación de una actriz femenina en una película de Polanski, como lo fue la de Mia Farrow en La semilla del Diablo (1968).

Repulsión es ni más ni menos que llevar la historia de la caída a la locura de una bella mujer. Esa es la baza en la que se centra exclusivamente la película. De hecho definir la trama resulta un trabajo complicado porque la película se apoya en la poesía visual para contar el relato. De hecho el peso de la literatura es tan flojo que en la película apenas encontramos diálogos, sino que el director se siente mucho más cómodo cuando la película se queda en silencio. Un silencio sepulcral y que a veces parece provenir de otro mundo. En realidad gracias a muchos recursos que denotan un talento artístico excepcional, Polanski consigue crear en una simple casa una atmósfera tremendamente apasionante y surrealista (David Lynch seguro que se regodea viendo la película de Polanski) que logra poner los pelos de punta.

Ya en las escenas iniciales, descubrimos que algo falla en la mente de nuestra protagonista, aunque evidentemente el espectador aún no es capaz de preveer la locura en la que se sumirá Catherine Denevue a lo largo del film. Porque como ya comentaba, Polanski prefiere servirse de detalles antes que recurrir a las palabras. Por eso vemos que nuestra protagonista es en realidad unas personas más que introvertida, una mujer que aún no ha madurado y que sigue viviendo anclada en un mundo infantil (como revelará el plano final de la película). Por eso prefiere abusar del azúcar cuando toma café, por eso tira el cepillo del amante de su hermana, por eso camina por la calle sin rumbo alguno y por eso parece totalmente abstraída cuando está trabajando.

Pero no se trata de una simple locura, Polanski apuesta por unas pasiones sexuales en el origen del trastorno mental de la joven. La repulsión a la que hace referencia el título de la película es la que siente nuestra protagonista hacia los hombres. Está claro, y pese a que la película no hace referencia explícita alguna (sólo mediante simbolismos, como el del conejo que se pudre, al igual que la virginidad y la mente de nuestra protagonista) está más que claro que Carol es virgen. A partir de ahí y de la desastrosa relación que tiene con su compañero sentimental (porque la palabra novios no se atañe exactamente a la relación que mantienen) sumado a los comentarios que oye acerca de los hombre por parte de sus compañeras, la joven Carol desarrollará un tremendo odio hacia los hombres que Polanski se encargará de mostrar en las diferentes pesadillas que acumulará la joven después de quedarse sola en su casa.

Y es que la marcha de su amiga con su amante hacia Italia, es el detonante de la locura del frágil personaje que se siente totalmente aislado en el mundo. Polanski dirige a las mil maravillas la enfermedad mental de la protagonista. Pocas veces se sirve de planos corrientes cuando trata de enfocar el piso, sino que acostumbra a alargar varias veces los planos secuencias (que además apuntan las rodillas de la protagonista, adoptando puntos de vista bastante atípicos). Los primeros planos los reserva el director para enfocar la mirada perdida (la interpretación de Catherine Denevue en la película es totalmente excepcional) que demuestran que algo hay detrás de esa mirada que no funciona. Después de la cámara al hombro y de haberse adentrado de manera totalmente voyeurística en la casa de Carol (Polanski hace algunos guiños a su propia puesta en escena, como enfocando diversas veces el cristal y evidentemente sin que la cámara no salga en el espejo) el director pasa a la acción en los momentos en los que a la joven protagonista le entran los delirios más horribles.

Quizá no sea una imaginación desmedida, pero los ingredientes que ofrece Polanski en estos devaneos mentales funcionan de manera que la sensación que le queda a uno da bastante congoja. Desde las violaciones sin sonido hasta la enorme cantidad de manos masculinas que tratan de aprisionar a la joven, así como la multitud de grietas que se abren en las paredes, son los elementos de los que se sirve el director para recrear estas fantasías que sólo ocurren en la mente de Carol.

Como ya comentaba, el sonido es un aspecto fundamental de la película. Antes de que nuestra protagonista caiga en la vorágine de la locura, Polanski utiliza una melodía ligera interpretada por instrumentos de viento para ambientar los paseos continuos que realiza la joven, mientras que cuando empieza a caer en la locura, el director opta por utilizar una música totalmente rítmica (golpes de tambor) que sirven para indicar el desequilibrio mental en el que ha caído la protagonista. Mientras tanto, en las múltiples violaciones (imaginarias) que recibe Carol, el director silencia totalmente esas escenas, pero también incluye elementos simbólicos como el sonido de las campanas que resuenan cerca de la casa y que entran a formar parte de la película.

http://neokunst.wordpress.com/2013/08/03/ciclo-roman-polansk-repulsion/
Kyrios
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