En su inmensa mayoría me encanta el cine de los hermanos Cohen, me parecen unos tipos de un talento enorme, a los cuales les encanta contar historias diferentes de gente muy peculiar.

El hombre que nunca estuvo allí es un drama que se sostiene en los hombros del grandísimo Billy Bob Thornton de principio a fin. Con su indiscutible protagonismo, esa voz en off que habla más que el en el film y esos silencios que dicen más que muchos diálogos. No me imagino funcionando esta película con otro actor en su papel. La narración va en la línea de los Cohen. Imágenes de primeros planos secuenciales, donde la voz en off nos va colocando en situación respecto a los personajes y a la historia. La cámara lo es todo en su cine. La trama espectacular, a la altura del mejor cine negro. Funciona muy bien las diferentes subtramas de la historia y aún habiendo mucho personaje secundario sin apenas peso en lo contado, si hacen que su participación sea interesante en su justa medida. Una pena el papel tan corto del desaparecido James Gandolfini o el papel florero de Scarlett Johansson. Una asidua de los Cohen, Frances McDormand tampoco está lo aprovechada que debería en mi opinión.

Sin embargo, su guión va en una línea que no desciende ni la intriga, ni el interés a lo largo del film. Va con una precisión de reloj suizo, todo a su tiempo y convenientemente presentado al espectador, sin margen a la especulación. La explicación se dará en su debido momento.

Magnífico trabajo para el disfrute de sus seguidores y de los amantes del cine.