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España España · zaragoza
Voto de p1471789:
10
Intriga. Thriller. Fantástico. Cine negro. Terror A Harry Angel (Mickey Rourke), un detective privado que está pasando una mala racha, lo contrata en Nueva York un peculiar y enigmático personaje, Louis Cyphre (Robert De Niro), para que encuentre a un hombre desaparecido. Durante la investigación Harry conoce a la joven Epiphany Proudfoot (Lisa Bonet), hija de un sacerdote vudú, y poco después comienzan a suceder extrañas muertes que parecen estar relacionadas con la magia negra y que ... [+]
9 de octubre de 2023
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asistí a su estreno en 1987, y a día de hoy me sigue cautivando, por el mero hecho de que se incrusta plenamente en la perfecta definición del cine clásico.
Amparada por los efectos propios de los años ochenta, tanto en lo sonoro como en lo visual, resulta un ejercicio muy interesante de traer el Noir al color.
He leído también la novela en la que se inspira, corta, directa y muy asumible, sin rodeos ni ambages. La película supera a la novela. Y pondré un ejemplo: El sacrificio de la gallina por parte de Epiphany con la consiguiente ceremonia orgiástica se desarrolla en un parque en Nueva York en la novela. Obviamente resulta mucho más atractivo el planteamiento de llevar dicho ritual a la Luisiana del Vudú y la Santería, con el calor, el sudor y el colorido propio de los pantanos de tal estado.
No resulta nada fácil entrelazar todo el rocambolesco argumento, ni tampoco diferenciar qué elementos pertenecen a el mundo real y cuáles al mundo onírico. Sin duda el éxito de esta cinta radica en dejar al espectador que especule a su antojo. Y por ende habrá tantas interpretaciones como espectadores inteligentes asistan estupefactos a esta representación.
En cuanto a las interpretaciones, pues resultan soberbias, nadie queda fuera de la perfección, ni principales ni secundarios. Todos ellos creíbles dentro de ese universo onírico y extraño que de principio a fin lo envuelve todo.
Por supuesto la banda sonora, con la percusión propia de los ruidos de ventiladores y ascensores en sus continuos contrapuntos a la acción, podría considerarse un personaje más de la obra. Si a eso le añadimos el góspel y la música de blues de los barrios bajos de Harlem y Nueva Orleans, se alcanza la perfección musical.
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