Llevaba tanto tiempo esperando por esta película, había oído hablar tanto de ella, que ahora una vez vista, y visto lo visto, me he quedado con un sabor más amargo que dulce, a pesar de las sonrisas, -algunas demasiado forzadas y gruesas-, que te va arrancando.

Quizás el problema es que últimamente el cine de animación está siendo tan bueno, tan original, tan transgresor, que te pones en plan exquisito, quizás demasiado, y esperas de la próxima algo parecido. Y no es este el caso de esta producción española de coste tan elevado, desafortunadamente.

No se trata de una mala película, y que conste que no estoy haciendo un acto patriótico. Tiene sus gracias, sabiamente repartidas, aunque de difícil comprensión para los niños; pero a la historia que se cuenta le falta originalidad por todos sus poros, está más vista que el tebeo; se nota en todo, en los personajes, en el argumento y su desarrollo, y en la ambientación, demasiado calcada a la década de los cincuenta; se echa en falta también los espectaculares movimientos de “cámara” que suele haber en las películas de dibujos.

En fin, y para acabar este breve reseña más que crítica propiamente dicha, que si tú que ahora me estás leyendo, tienes criaturas o te gusta revivir la paranoia extraterrestre de los años cincuenta, tal vez esta película, si no tienes nada interesante que hacer, sea una opción razonable de ocio antes del largo puente que se avecina.