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Voto de diego_tochito:
8
Romance. Drama Desde que se conocieron en 1912, Jules (Oskar Werner) y Jim (Henri Serre) se hicieron amigos tan inseparables que se enamoraron de la misma mujer (Jeanne Moreau). Uno de ellos se casa con ella. Obra muy representativa del cine francés de los sesenta, que constituye un canto al amor y la pasión. (FILMAFFINITY)
23 de septiembre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechando que los cines Renoir iniciaban el pasado jueves 23 de septiembre de 2016 un ciclo de clásicos del cine, el cual quedaba inaugurado con el presente filme, y dado que tenía cierto interés por el cine de Truffaut desde que lo había oído mencionar en un libro que leí hace poco de Haruki Murakami, decidí acudir a visionar eta obra.

Y quedé bastante sorprendido, por supuesto para bien, y gratamente maravillado, por el poder de los planos de la película, por la conexión tan grande que consigue establecer Truffaut entre los protagonistas y el espectador, y por el modo de analizar, a través del cine, uno de los sentimientos, uno de los estados, una de las capacidades y, en definitiva, una de las características intrínsecas del ser humano como es el amor.

Truffaut es capaz de construir, sin que prácticamente nos demos cuenta, y sin que seamos capaces de evitarlo, una red de lazos y cuerdas invisible a nuestros ojos (pero no a nuestra mente y a nuestro corazón) entre el trío protagonista y nosotros mismos, de modo que nos introducimos en la piel de los primeros para sentirnos dentro de la historia, somos parte de ella en todo momento, amamos y sufrimos como lo hacen ellos, comprendemos sus intenciones (o, por el contrario, las tachamos de incorrectas). Y esta capacidad de penetración en el espectador es algo que muy pocos directores, en muy pocas películas, son capaces de conseguir.

El núcleo de la obra, como ya he mencionado anteriormente, se encuentra fuertemente enfocado en el análisis del amor. Se presenta un conjunto de personajes y de situaciones que exploran este sentimiento intentando encontrar un estado ideal del mismo donde todo es de color de rosa, donde se alcanzaría una perfección única e irrepetible de disfrute máximo, donde no habría espacio para el dolor ni el sufrimiento. Un estado que, por otra parte, ningún personaje es capaz de encontrar, puesto que el amor también entraña dolor, decepción, asco, cansancio, hastío, incomprensión, traición, celos. En definitiva, un conjunto muy grande de negativos que, como una cascada continua, sirve de contrapunto a la parte positiva, frustrando ese deseo de llegar al estado ideal, al estado perfecto. Todo ello desemboca en un final que no podía ocurrir de otro modo, dadas las circunstancias.

En definitiva, un gran film que, además, debió de suponer en el momento del estreno una tremenda revolución por lo avanzado de las situaciones que se exponen en la historia y el modo en que los personajes lidian con ellas. Una muy buena película que, sin duda, hará que continúe visualizando el cine de Truffaut.
diego_tochito
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