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Jules y Jim

Romance. Drama Desde que se conocieron en 1912, Jules (Oskar Werner) y Jim (Henri Serre) se hicieron amigos tan inseparables que se enamoraron de la misma mujer (Jeanne Moreau). Uno de ellos se casa con ella. Obra muy representativa del cine francés de los sesenta, que constituye un canto al amor y la pasión. (FILMAFFINITY)
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Críticas 69
Críticas ordenadas por utilidad
3 de enero de 2008
140 de 188 usuarios han encontrado esta crítica útil
En realidad, este film no debía haber sido titulado "Jules et Jim" sino "Catherine", pues es este personaje femenino, el que domina y decide coitar según "le sale a ella de su antojadizo coño", ya con Jules ya con Jim, con Albert u otros hombres por los que de repente se siente atraída o más sensibilizada. Ella va de "reina potra desbocada". Toda una ejemplar madre posmoderna para la hijita que está criando, quien hoy la ve intimando con su papá, mañana con el amigo de su papá o pasado con el vecino.

Truffaut monta esta historia libertaria a lomos de la "nueva ola" de cinematografía francesa que se estaba dando en los años sesenta del siglo XX; la intención, como es obvio, fue absorber artísticamente para sí el centro de la atención, del escándalo, del éxito; cosa que consiguió.

Hablar de obra maestra, como alguno se ha atrevido a calificarla, es una exageración; pero sí puede admitirse como una película vanguardista, paridora de novedad, atizadora de polémica y de las que se ponen a espabilar en los morros mismos de los convencionalismos; pues no en vano aborda valientemente un tema como el "troilismo" (del francés "trois" que significa "tres", o sea, más de dos personas en una relación sexual) en una de sus vertientes; o dicho de otra forma, el "ménage à trois" (del francés: arreglo a tres), o sea, un arreglo entre tres individuos para relacionarse sexualmente entre ellos.

Frente a la irresponsabilidad y desequilibrio emocional de Catherine (Jeanne Moreau) lo digno y ejemplar de la narración es observar como los dos amigos, el alemán Jules y el francés Jim, salvaguardan su amistad por encima del enfrentamiento en guerra de sus respectivas naciones y también por encima de esta mujer, Catherine, que viene a ser entre ellos como una prueba de supervivencia, como una jodida cuña explosiva que en cualquier momento puede romper los lazos fuertes de amistad habidos entre estos dos hombres cultos, desinhibidos y muy civilizados.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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28 de mayo de 2008
118 de 152 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo ser sincero: La primera vez que ví "Jules et Jim" me pareció un ejercicio cinematográfico, como mínimo, interesante, que me transportaba a un tipo de narrativa distinta como la que practica Truffaut y que otorgó un final a la obra de lo más inquietante.

En cambio, y vista por segunda vez, parece que todas las virtudes que observé en ella no sirven para que servidor deje de sentirse desesperado e irritado ante los personajes que recorren la obra, el modo como afrontan cada uno de los acontecimientos que les afecta y la forma de actuar tras esas máscaras en las que parecen esconderse. Esas máscaras que, en forma de voces en off, nos transportan a personajes que parecen repletos de cierta incertidumbre, angustia e intranquilidad. En cambio, y tras todas esas reflexiones que se abalanzan ante el espectador, uno no debe dejar de preguntarse como pueden llegar a aflorar esos pensamientos entre ellos y, acto seguido, ofrecer comportamientos livianos y despreocupados. Como si todo les importase un carajo, vaya.

Tampoco me convence el ritmo de la obra que, sin ser lento, más bien todo lo contrario, me atora y me obliga a perder interés por la historia gradualmente, casi sin quererlo.
Además, ver a dos tipos la mar de bohemios (que si ahora viajo aquí, luego allí, etc..) y pijos rondar ante mis narices la primera media hora de film lo único que induce es a la irritación y a que servidor se despreocupe totalmente por qué les va a suceder. Por si Jules siente que nunca se querrá separar de Catherine cuando esta prácticamente lo usa, o por si Jim siente aflicción ante todo lo que está sucediendo cuando parece que la relación entre ambos protagonistas, lejos de sus conversaciones pretendidamente espontáneas, es de lo más remota y desidiosa.
En definitiva, poco convincente.
Grandine
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1 de septiembre de 2008
147 de 227 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo soy el narrador y voy a ir describiendo todas las cosas interesantes que hacen los simpáticos personajes, y también lo que piensan, porque los espectadores son tontos y no van a entender ni jota si yo no se lo explico.
-Jim vive del cuento (perdón, es un artista parisino).
-Conoce a Jules, otro que vive del cuento (perdón, es un artista alemán).
-Los dos se ligan a un montón de tías.
-Conocen a Catherine, una pija egocéntrica que está como una regadera.
-Ella les cuenta sus divertidísimos sueños sobre tíos que la dejan embarazada y se largan. Y con eso quiere hacerlos reír.
-Los tres están como un cencerro y se pasan el rato diciendo tonterías y citando pomposamente a preclaros personajes, entre ellos a algún escritor misógino.
-Se aburren de París y se van a la playa.
-Se aburren de la playa y se van a París.
-Jules dice gilipolleces todo el rato.
-Catherine hace y dice gilipolleces todo el rato.
-Jim les sigue el juego.
-Jules le pide matrimonio a Catherine.
-Catherine se siente la reina del mundo. Se suicidaría si se llevase dos minutos sin captar la atención de alguien.
-Se aburren y se van al teatro.
-Catherine intenta imitar a los saltadores de Acapulco en plenas calles parisinas.
-El agua arrastra el sombrero de Catherine.
-La blusa de Catherine tiene encajitos y volantitos.
-A Jules le gusta rascarse la barriga al levantarse.
-Catherine se deprime si no dice más de mil chorradas al día.
-A Catherine le gustan los helados de chocolate con forma fálica, con sombrillita y lacitos dorados.
-A Jim le encanta ser el sujetavelas del grupo.
-Los tres se van a hacer un viaje espiritual.
-Los tres se aburren del viaje espiritual y se ponen a hacer gilipolleces.
-Los tres se aburren de hacer gilipolleces y se van otra vez de viaje espiritual.
-Finalmente deciden hacer un favor a la humanidad y se hacen el haraquiri ritual recitando versos de Baudelaire.
Y ése es, señores, el grandioso devenir cotidiano de estas simpáticas personas.
Vivoleyendo
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12 de abril de 2007
73 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercer largo de François Truffaut. Se basa en la novela "Jules et Jim" (1930), de Henri-Pierre Roché. Se rueda en cinemascope y B/N, en escenarios naturales de Alpes Marítimos, Alsacia, Costa Azul, Rouen, Villa Castel/Bellaville y Paris (Francia). Es nominada a 2 BAFTA y gana un Bodil (film europeo) y un Silver Ribbon. Producido por el realizador, se estrena el 23-I-1962 (París).

La acción tiene lugar en Paris, Viena y en la campiña alemana junto al Rhin. Abarca más de 20 años (1912-33). Explica la historia de un amor triangular entre una mujer y dos hombres, desde la juventud hasta la madurez. El centro del relato está ocupado por la búsqueda de un amor ideal, plenario y perfecto, que no se concibe como balance de satisfacciones y sacrificios, sino como un paraíso de máximos sin costes y sin altibajos. La prueba de si se puede encontrar mayor satisfacción en el amor múltiple que en el singular no es concluyente, porque ambos incorporan ventajas e inconvenientes. Los hechos demuestan que el amor ideal y plenario no existe para los seres humanos y que la vía de las experiencias múltiples provoca, también, situaciones de satisfacción relativa, de insatisfacción o incluso de hastío (ley de rendimientos decrecientes). Si el idealista no racionaliza adecuadamente esta realidad y la asume a disgusto, le pueden sobrevenir estados de profunda decepción, impulsores de decisiones erróneas. Para Truffaut el amor comporta sacrificios y dolor.

La película se adapta a los parámetros de la "nouvelle vague": rodaje con cámara muy móvil (al hombro, a mano o en bicicleta), ausencia de toda artificiosidad, búsqueda de la espontaneidad, atención a detalles de la vida cotidiana, uso de "travellings" que siguen a los personajes, congelado de imágenes, encadenado de secuencias, etc. Expone el tema de la mujer fuerte, que domina al varón y lo gobierna a voluntad. Se inspira en Jean Renoir en las escenas de la playa, del campo, de los paseos por el bosque. Inserta escenas sorprendentes, como la zambullida imprevista en el Sena, la carrera por el puente, la caracterización de Catherine como mozalbete, la botella de vitriolo en la maleta, la muchacha que hace la "locomotora de vapor". No faltan citas cultas: Quijote, Shakespeare, Strindberg, Goethe ("Las elecciones afectivas"), Boudelaire y Picasso.

La música, de Georges Delerue, ofrece melodías festivas y bulliciosas (de feria) y fragmentos breves de aires idílicos, románticos y melancólicos. Añade la canción "Le Tourbillon de la vie", de Boris Bassiak. La narración dinámica y visualmente atractiva, deleita por su sencillez. La definición de personajes es buena, en especial el de Catherine. El narrador (voz en off) subraya la ficción del relato y no juzga ni a las personas ni a los hechos. La película obtiene un gran éxito, por su espíritu transgresor y porque la protagonista encarna los valores emergentes de los años 60: amor libre, liberación de la mujer, igualdad de géneros, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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28 de febrero de 2008
100 de 139 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jeanne Moreau, en mi punto de vista, en ningún momento desempeña un rol de mujer fatal jugando a dos bandas. Criticar por criticar. Simplemente se trata de una mujer que se enamora no de ambos hombres; sino de algunas de sus características las cuales constituirían a su "amor" ideal. Como eso no existe, ella intenta pero no consigue saciarse con uno de los dos. La mayor víctima en esta historia es ella misma. Por otra parte, cuando vi la escena en la que Jeanne Moreau está reunida con uno de sus amantes teniendo como fondo una ventana en la que está aposada una mosca, me resultó familiar esa peculiar imagen. Esto es porque dos años antes de ver Jules et Jim, había visto Amélie mucho antes de hacerse tan conocida. Quien haya visto esta gran película de Jean Pierre-Jeunet sabe a qué escena me refiero, escena en la que la protagonista habla de lo que le gusta y de lo que no. Me quedé atónita tras presenciar tal escena que me costó lo suyo para darme cuenta dónde la había visto antes. Yo soy una pequeña cinéfila (llamémolo así) de 16 años que vi esta película hace ya un año casi. Con esto quiero decir que mi conocimiento del cine es casi nulo y que no quiero que tome nadie tome a mal mi comentario. De truffaut vi varias; pero esta es la única película (y no recuerdo por qué) en la que acabé llorando.
una de las vírgenes suicidas
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