No nos encontramos ni de lejos ante un drama histórico a la altura de La lista de Schindler ni ante la película definitiva sobre el presidente Lincoln, sin embargo consigue sostenerse perfectamente gracias a la excelente interpretación de los actores, sobre todo a la de Daniel Day Lewis que hace de Lincoln a la perfección y que es seguramente lo mejor de la película. El ritmo y la fotografía también cumplen con su cometido, logrando escenas espléndidas. Quizá peque un poco de hagiográfica pero se ve compensado por la recreación histórica. En resumen, una buena película pero no de las mejores de Steven Spielberg.