La película realmente me gustó y enganchó al asiento durante la mayor parte de ella. Parecía que no era francesa, en el buen sentido, es decir que la temática y el ritmo era diferente, secundado además por un buen trabajo de Jean Reno y una buena banda sonora, aunque a veces peque de pesada en algunas situaciones que necesitan que la acción no se entorpezca con aderezos musicales. La música que es un elemento muy importante en una película debe respetarla y maestros como Kurosawa la utilizaban de forma plena sólo en la resolución de la escena, e incluso compositores como Toru Takemitsu, que compuso más de cien bandas sonoras pensaba sin embargo que a las películas les iba mejor el silencio.
El problema de esta obra es que al final no te enteras qué pasa y te quedas un poco perdido, por eso no llego a ponerle un notable.