Buena película de Ken Loach, que utiliza a Eric Cantona (que participa en la producción) como tabla de salvación para el protagonista, Steve Evets (que está fantástico) que está pasando una mala racha personal y que está viendo como su vida se va a pique irremediablemente.

El director da una lección de como salir a flote apoyándose en lo más querido, que son la familia y los amigos. Es original el planteamiento, pues utiliza a un personaje famoso, que podría haber sido cualquiera de cualquier ámbito, para hacer de psicoterapeuta, pero más aún es original la resolución de la obra.

La obra empieza un poco lenta pero conforme va avanzando va enganchando y acaba por emocionar. Dentro del universo Loach esta película es más esperanzadora que otras y la presencia de Cantona le abrió un poco más el mercado.