Tres anuncios en las afueras es de esas películas que te enganchan a la historia desde el minuto 1, pero además sin ninguna estratagema espectacular al más puro estilo James Bond. Tampoco lo hace mediante un suceso que desencadene una serie de acciones, sino todo lo contrario: la protagonista principal busca solucionar un problema por su cuenta poniendo tres carteles. Así de simple.
Y es que a pesar de ser una idea muy sencilla las grandes actuaciones de Frances, Woody y Sam consiguen crear una historia con mucha carga emocional. Y eso es lo que realmente hace que el espectador quede atrapado en esa historia, esa evolución continua de los tres personajes más los secundarios utilizando para ello el humor negro pero también momentos con mucha carga sentimental, pero siempre todo ello con naturalidad.
Sin duda Martin McDonagh, que ya lo demostró en 7 psicópatas, sabe muy bien cómo conseguir una descripción perfecta y a la vez nada artificial de sus personajes. Pero también sabe muy bien cómo hacer replantearse al espectador acerca de las intenciones de los mismos mediante una brillante humanización de los mismos; y, ¿acaso ofrecer unos personajes tan completos no es lo que menos indiferente te deja en el cine? La respuesta es sí, siempre.