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España España · Madrid
Voto de Morelli:
9
Drama Libremente inspirada en un episodio que marca el fin de la carrera del filósofo Friedrich Nietzsche. El 3 de enero de 1889, en la plaza Alberto de Turín, Nietzsche se lanzó llorando al cuello de un caballo agotado y maltratado por su cochero y, después, se desmayó. Desde entonces, dejó de escribir y se hundió en la locura y el mutismo. En una atmósfera preapocalíptica, se nos muestra la vida del cochero, su hija y el viejo caballo. (FILMAFFINITY) [+]
11 de febrero de 2012
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen dos maneras de cansar a un caballo. Galope, fundido, galope, fundido y resuello. El espectador valora en cada apagón la elipsis temporal y sabe que el caballo está cansado. Esto dura, en total, 12 segundos. La otra es acompañar, cámara en mano, al caballo durante seis minutos, recorriendo su geografía obsesivamente. La diferencia es que, al minuto 6, el espectador no sólo sabe que el caballo está cansado sino que está tan cansado o más que el caballo.
Si uno es partidario de esta forma de viaje, de la segunda, me refiero, esta película es una buena oportunidad de regocijo y sufrimiento. Los otros compañeros de trayecto son:
Unos violonchelos que entran en bucle y el viento.
En una de esas vueltas del bucle, el arco del violonchelo te invita a entrar y, si aceptas, quedas atrapado en el remolino. Suavemente vas transitando por paisajes repetidos: Vestir a Padre, la patata, Padre, la patata, el pozo, viento, viento, ella.
Una vez acostumbrado al bamboleo de la rutina, comienza el viaje real y te desbarrancas hacia el sumidero. Al fondo está el vacío, la carencia; de medios, de comodidad, de alimento, de líquido, de luz. Y lo que es el fin, de emociones.
Vacío absoluto. Después, la negrura. Eso era todo.
Nietzsche es el anzuelo, aunque no creo que ningún pez entrara en la sala dispuesto a picar.
Morelli
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