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España España · Madrid
Voto de Morelli:
8
Drama Una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. (FILMAFFINITY)
18 de diciembre de 2011
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo se entra en una película en la que los personajes no salen de sí mismos?
Cronenberg no toma el camino fácil. Excepto la ligera sobreactuación de nuestra loca masoquista al principio y tres azotes en el culo, todo en esta película está diseñado para aburrir. A base de diálogos herméticos e infranqueables para neófitos, tan fieles a la verdad como las cartas leídas en off, cuesta convencer a nadie para tener ganas de verla.
Pero hete aquí que el mundo de fuera entra por cada poro que el inevitable intimismo permite. Jung se distrae con la comida (en cuanto puede se zampa algo, memorable la escena en que se sirve media bandeja delante de la prolífica familia de su colega), Freud, lo hace con el puro. Cuando Freud sufre su desmayo (dice la leyenda que atribuido a la mala magia de Jung contra él) y su colega se agacha para ayudarle, lo primero que uno piensa es: “busca el puro, ha perdido el puro”.
Hay un perfecto equilibrio escénico en toda esa Zurich retratada con luz de la Costa Azul, el barco de velas rojas, los paseos por los geométricos jardines de Viena, la dicción perfecta de cada personaje, la oscura casa de Freud, plagada de figuritas. Es un apoyo visual sobrio pero eficaz, que equilibra tanta palabra, tanta psique.
De haber sido una película argentina, los personajes se habrían pisado los diálogos entre choricitos y empanadas. De haber sido francesa, habría llovido y el sopor pseudointelectual nos habría desarmado. De haber sido española, las necesidades del guión habrían llevado a los protagonistas a fornicar a ostia limpia al menos siete veces.
Esta peli es muy difícil de hacer sin recurrir a tópicos. Cronenberg los evita y logra atajos imperceptibles para llevarnos de la mano de todos los personajes hasta el final.
La supervivencia dicta que la mayor virtud del pensamiento es abrir la puerta al mundo de fuera para olvidarse de sí mismo.
La única que parece tenerlo claro es la Sra Jung.
Morelli
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