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Voto de Patomelon:
4
6,5
46.784
Drama
Recreación de la matanza perpetrada por dos adolescentes en el instituto Columbine. Es un día cualquiera de otoño, y todos los estudiantes hacen su vida rutinaria: Eli, camino de clase, convence a una pareja de rockeros para hacerles unas fotos. Nate termina su entrenamiento de fútbol y queda con su novia Carrie para comer. John deja las llaves del coche de su padre en la conserjería del instituto para que las recoja su hermano. Pero ... [+]
27 de febrero de 2008
150 de 242 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las personas nos conectamos al messenger, pero no para hablar. Nos ponemos "no disponibles" pensando que la gente se va a creer que no estamos, cuando saben perfectamente que estamos delante del ordenador, porque ellos también lo hacen. No le hacemos ningún caso a las conversaciones que nos abren, sólo lo queremos tener abierto para fisgonear y poco más...
También, y sobre todo, nuestras madres, ponen la televisión mientras hacen la comida o sus tareas del hogar. En realidad no la miran, pero saben de qué va lo que están viendo. Mantienen la mínima atención hacia el aparato, la necesaria para saber de que va la trama principal y no más de la que pudiera hacer que se quedaran pegadas a la pantalla.
A veces vamos a tomar algo con un amigo que sabemos que es un poquillo pesado. Nos cae bien, pero es un chapas de cuidado. Al principio le escuchamos, pero cuando empieza a divagar y a pasar de un tema a otro sin parar (aquellos temas que a él le interesan, por supuesto), nosotros abstraemos nuestro cerebro y comenzamos a pensar en por qué no se callará o de qué manera le podemos asesinar sin levantar sospechas.
A la hora de estudiar hay ocasiones que nuestro cerebro emite unas señales que nos impiden aprendernos una línea de apuntes aunque la leamos 100 veces. Esto ocurre generalmente con apuntes aburridos, tochos, o en ocasiones en las que el tiempo de estudio precede a algo o alguien que esperamos con impaciencia.
Hay muchos más ejemplos, pero la nota común en todos ellos es que la culpa ante este comportamiento es nuestra. Porque somos fisgones, despreocupados, bordes con el prójimo o vagos. Pero cuando me decidí a ver "Elephant" lo hice con la predisposición de saber que iba a ver una película difícil y personal, a la que debería atender con fuerza para sonsacarle toda la miga que, a buen seguro tendría.
Sigue en spoiler aunque no haya spoiler
También, y sobre todo, nuestras madres, ponen la televisión mientras hacen la comida o sus tareas del hogar. En realidad no la miran, pero saben de qué va lo que están viendo. Mantienen la mínima atención hacia el aparato, la necesaria para saber de que va la trama principal y no más de la que pudiera hacer que se quedaran pegadas a la pantalla.
A veces vamos a tomar algo con un amigo que sabemos que es un poquillo pesado. Nos cae bien, pero es un chapas de cuidado. Al principio le escuchamos, pero cuando empieza a divagar y a pasar de un tema a otro sin parar (aquellos temas que a él le interesan, por supuesto), nosotros abstraemos nuestro cerebro y comenzamos a pensar en por qué no se callará o de qué manera le podemos asesinar sin levantar sospechas.
A la hora de estudiar hay ocasiones que nuestro cerebro emite unas señales que nos impiden aprendernos una línea de apuntes aunque la leamos 100 veces. Esto ocurre generalmente con apuntes aburridos, tochos, o en ocasiones en las que el tiempo de estudio precede a algo o alguien que esperamos con impaciencia.
Hay muchos más ejemplos, pero la nota común en todos ellos es que la culpa ante este comportamiento es nuestra. Porque somos fisgones, despreocupados, bordes con el prójimo o vagos. Pero cuando me decidí a ver "Elephant" lo hice con la predisposición de saber que iba a ver una película difícil y personal, a la que debería atender con fuerza para sonsacarle toda la miga que, a buen seguro tendría.
Sigue en spoiler aunque no haya spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Comienzo a ver la película y pongo mi cerebro en el modo "atiende, cojones". El tiempo pasa y en ese dichoso colegio no ocurre nada. Chavales que hablan, que bailan, que ríen, que riñen...muy bien, es lo típico en los colegios, ¿no? Joer, me acuerdo cuando yo iba al colegio de mi pueblo y en el recreo cogíamos los borrador....¡¡coño!!, que se me va la olla. Vamos Patomelón, atiende a la película.
Bueno, la cosa avanza y no ocurre nada, bueno hay un par de marginales por ahí, que ya sabemos lo que van a hacer, si es que este Gus Van Sant se preocupa más de que los planos le queden bonitos que de contarnos una historia interesante que hurge en las causas de estos chicos para....¡¡Joder!!, otra vez se me ha ido la pinza, si es que no te vas a enterar de nada, Pato, y luego hablarás de la película sin saber...
Qué mas da, el caso es que creo que ya he visto suficiente, que sí, que sí, muy bien Gus, ahora las nubes en el cielo, los chicos en el baño, disparos, asesinatos...todo muy frío...¡¡Leñe!!Tengo que sacar las lentejas del congelador que si no a ver que ceno hoy...la madre que me pario...Puto Gus Van Sant...mira que hacerme perder el tiempo con esto cuando podía estar haciendo otras mil cosas...pensar en mis movidas, por ejemplo...Ah no, que ya lo he hecho.
* Al igual que a la hora de estudiar, o de tomar algo con el coleguita pesado, el cerebro desconecta con "Elephant". Y lo hace porque es algo aburrido, cargante y lo que nos cuenta y cómo lo cuenta, tiene bastantes posibilidades de importarnos una mierda.
Seguro que Gustavo Van Sant desconectó de lo que estaba haciendo al perpetrar esta autofelación.
Bueno, la cosa avanza y no ocurre nada, bueno hay un par de marginales por ahí, que ya sabemos lo que van a hacer, si es que este Gus Van Sant se preocupa más de que los planos le queden bonitos que de contarnos una historia interesante que hurge en las causas de estos chicos para....¡¡Joder!!, otra vez se me ha ido la pinza, si es que no te vas a enterar de nada, Pato, y luego hablarás de la película sin saber...
Qué mas da, el caso es que creo que ya he visto suficiente, que sí, que sí, muy bien Gus, ahora las nubes en el cielo, los chicos en el baño, disparos, asesinatos...todo muy frío...¡¡Leñe!!Tengo que sacar las lentejas del congelador que si no a ver que ceno hoy...la madre que me pario...Puto Gus Van Sant...mira que hacerme perder el tiempo con esto cuando podía estar haciendo otras mil cosas...pensar en mis movidas, por ejemplo...Ah no, que ya lo he hecho.
* Al igual que a la hora de estudiar, o de tomar algo con el coleguita pesado, el cerebro desconecta con "Elephant". Y lo hace porque es algo aburrido, cargante y lo que nos cuenta y cómo lo cuenta, tiene bastantes posibilidades de importarnos una mierda.
Seguro que Gustavo Van Sant desconectó de lo que estaba haciendo al perpetrar esta autofelación.