Película que lejos de intentar adoctrinar a nadie, como muchos mantienen por aquí, hace referencia al testimonio de un pequeño de 4 años en su experiencia cercana a la muerte. Posterior al libro publicado en 2010, del mismo título, que cosechó un rotundo éxito de ventas resulta una muestra de cine agradable, cercana al espectador, simpática, con una preciosa fotografía.
Resulta tan sincera que me extraña que haya sido tan machacada, injustamente a mi juicio, por la crítica. Buenas interpretaciones de todos sus protagonistas y secundarios, especialmente brillantes Greg Kinnear, Kelly Reilly y el pequeño protagonista
Da lugar a la reflexión esta película de Randall Wallace y, francamente, me parece muy recomendable para toda clase de público que la vea...eso sí siempre que sean espectadores sin absurdos prejuicios.