La gran aportación del Internet a la sociedad moderna en la que vivimos ha sido, su capacidad para darle oportunidad a todo el que tenga algo que decir o mostrar. Una ventaja, sí, pero también un riesgo por el hecho de contribuir a que los más enajenados de nuestra enferma sociedad puedan exponer muchas veces sin límites sus atrocidades por los contenidos de la Red.

Un depredador cibernético, cuelga, tortura y asesina en su página web con la única macabra premisa de que, cuantas más visitas tenga su sitio de Internet, más deprisa morirán las víctimas, una dramática cuenta atrás que tendrá que resolver el FBI.

La historia es bastante típica desde el principio, y como muchas otras veces, la mayor originalidad de toda ella parece ser los métodos del asesino. Los crímenes no resultan en excesos emocionantes o inquietantes, más allá de lo desagradable. El film juega con las tecnologías de hoy en día, exagerando en ocasiones sus aplicaciones.

Los protagonistas irrumpen en largos diálogos técnicos con un impresionante número de términos incomprensibles para el ciudadano normal, pero luego no tienen reparos en entrar en el “web” del psicópata desde un ordenador común y corriente.

Lo mejor de la película es la actuación de Diane Lane, realista y moderada, y muy por encima de lo que uno puede encontrar en cualquier otra producción de este tipo.

La película tuvo un presupuesto $35 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $52, 537,492 millones, además gano un premio en el “Golden Trailer Awards” a el mejor póster por categoría “thriller”: Diane