Miren ustedes, voy a hacer una película en plan "La vía láctea" pero con sangre por aquí, tetas y culos por allá, intriga y misterio por acullá y sin ni pizca de la gracia de la película de Buñuel.

Sé que ustedes van a perder el tiempo como unos gggggilipollas intentando averiguar qué hay de real y qué hay de falso en lo que están viendo, o qué quiere decir tal o cual secuencia.

Como buen dadaísta estoy en contra de las leyes de la lógica, niego el arte, la literatura, la poesía...y el cine. Bueno, el cine no, joder, que entonces qué hago haciendo estas obras maestras, yo, el gran Lynch, el creador de obras de culto, como Dune, Terciopelo azul, Corazón salvaje, Carretera perdida, Mulholland Drive (por citar sólo las que el tal Bakunin ha visto, no incluyendo la única que le gustó, "Una historia verdadera", porque ésta se sale de mi estilo personal y es este estilo el que me ha dado grandeza y nombre).

Prepárense, los que aún no la han visto, a embobarse durante dos horas indagando qué coño está pasando. No sean mal pensados. No la rodé sobre la marcha sin tener un guión preparado.

Para rellenar metraje (o perder tiempo como los equipos de fútbol que van ganando por la mínima y su juego es mucho más mediocre del que va perdiendo) me gusta hacer fundidos en negro que duren 15 ó 20 segundos, me gustan planos fijos que no aporten nada, escenas de sexo completitas, y, sobre todo, lo que se me ocurra en el momento, sea lo que sea, aunque no venga a cuento.Y, naturalmente, el desenlace no puede ser claro meridiano, hay que sembrar dudas y que ustedes lo mediten bien.

Y, para ir terminando, no quieran ponerme a la altura de un innovador como Godard, que el cine de ése envejeció mal y muy rápidamente.

Termino. ¡No se les ocurra mirar en Filmaffinity las puntuaciones de todo lo que vengo realizando desde 2002, por favor!