Lo mismo que Alicia Silverstone siempre será Cher Horowitz de "Fuera de Onda" (1995), Reese Witherspoon no se despegará de Elle Woods, la de "Una rubia muy legal" (2001). Lo malo es que su personaje estrella resulta insoportable, y aquí tampoco es que nos despierte el más mínimo interés. Es más, no veo ningún motivo por el que su compañero masculino, y no me refiero a Christoph Waltz, se prende de ella, que por cierto es diez años más joven que la rubia. A propósito, que vaya palo para Robert Pattinson cambiar aunque sea en la ficción a Kristen Stewart por la Witherspoon. Normal que ande tan cabizbajo nuestro Jacob Jankowski.

Pero regresando a la película, este drama romántico animalesco puede ser varias cosas pero no estimulante. A mí, además de recordarme por su narración a "Titanic" (1997) me ha aburrido bastante, tanto que me perdí en una farragosa e inútil discusión jurídica sobre los derechos que pueden tener los hijastros en una herencia. De ésta no saqué ninguna conclusión clara pero sí de "Agua para elefantes": que por mucho best seller de la canadiense Sara Gruen que sea, es bastante rollete, edulcorada y más insulsa todavía. Yo es que no sé dónde está la gracia o la pasión. A lo mejor es que de la que se enamora realmente Jacob es de la elefanta...