Deliciosa, si es que un cuento gótico con fondo trágico puede ser calificado así, es esta película de un título tan largo como curioso, "Una serie de catastróficas desdichas". Trabajo sorprendentemente bueno tanto desde el punto de vista técnico como artístico. Antes que nada estamos hablando de la adaptación cinematográfica de las 3 primeras novelas de un total de 13 escritas por el norteamericano Daniel Handler bajo el seudónimo de Lemony Snicket. Por cierto, habiendo material suficiente y habiendo tenido éxito, no sé por qué narices no se ha hecho una segunda parte o las que hubieran hecho falta. Pasados ya 9 años lo veo muy difícil y en el supuesto caso de que se intentara tendrían que cambiar a los actores principales pues están ya más que creciditos para estos personajes. Pero volviendo al tema, el hecho de que tengan que saltar de un libro al otro puede dar la sensación de un guión pobre, de ir de un lado para otro, cosa que apenas molesta dado el derroche de ingenio y de magia. Más bien, es simpática, deliciosa y muy divertida. Por supuesto, también es infantil, pero más que eso es idónea para toda la familia, adultos incluidos. Por ejemplo, a mí me ha encantado esta mezcla de aventura, fantasía, comedia y con unas gotas de drama.

Como decía sobre el apartado técnico, no me digáis que la ambientación, la fotografía, los decorados (ojo, prácticamente nada hecho por ordenador), el maquillaje o el vestuario no son fabulosos. Con razón estuvo nominada al Oscar por la dirección artística. Siguiendo con sus virtudes, el elenco protagonista está estupendo. De los consagrados, Jim Carrey con su estrafalario Conde Olaf y Meryl Streep con tía Josephine están desternillantes. Y de los niños me quedo con Emily Browning, dando vida a Violet Baudelaire. Al respecto, no sólo está monísima con sus 15 años, sino que el look que lleva la ha convertido en toda una musa del cosplay. Y es que luce fantástica durante toda la película. Atención a sus trencitas, a su abrigo azul, a su vestido, a sus mangas de rejilla y a sus botas de tacón negras abiertas y de inspiración rusa (SPOILER no desvelo nada). También a mí me encanta. Otro atractivo, y desde luego no el menor, de "Una serie de catastróficas desdichas", es su estilo a caballo entre el steampunk y el dieselpunk, o sea, una mezcla de XIX, principalmente en cuanto a los trajes, modas y valores, y el siglo XX, respecto a inventos, como por ejemplo, coches o neveras. El resultado es una ucronía salpicada de magia casi perfecta. Al menos para un servidor.