Ya he dicho por activa y por pasiva siempre que puedo que la nueva animación no me gusta nada. Es cierto que esta "Bolt" escapa a lo que es la tónica dominante de los últimos años. En vez de ahondar en la gracieta permanente y en la parodia a lo "Shrek" parece dirigirse realmente a los niños. Sin embargo, y aunque la trama no es del todo mala, adolece de una falta de profundidad que a la postre la hace ser un mero producto de entretenimiento con poco que ofrecer: algunas risas, unos protagonistas monos y acción para distraer. No está mal, pero el punto de partida de un perrito que siendo la estrella de una serie de televisión en la que interpreta a un superhéroe, cree tener superpoderes invitaba a mucho más.

En vez de profundizar en la psicología de Bolt, en el contraste entre la fantasía y la realidad, en hacer una cosa seria, con un punto de dramatismo existencial, Chris Williams y Byron P. Howard se limitan a desarrollar las aventuras de nuestro perruno héroe con poca imaginación, recurso que se suple añadiendo personajes secundarios para hacer más animadas las secuencias. En este sentido, la presencia de la gata Mittens tiene su gracia. Con todo lo dicho el intento de "Bolt" no es precisamente cautivador, y no sólo porque el diseño por ordenador, dista un mundo de la belleza del dibujo a lápiz, sino porque parece que la animación, aún cuando se dirija realmente a los niños, se encuentra atrapada en la superficialidad y la simpleza más intrascendente.