Beth (Anne Archer), la mujer de Dan Gallagher (Michael Douglas), no es que sea una belleza extraordinaria pero comparada con Alex Forrest (Glenn Close), no hay color. Claro que Dan sólo piensa en un escarceo sin importancia, plan que por lo que parece no acaba de convencer a Alex. Psicopatías, locuras y obsesiones al margen hay que decir que la culpable de todo es la "seductora". ¿Va de leona y luego quiere que él cargue con ella? El marido puede ser infiel y un sinvergüenza, de acuerdo, pero desde el primer momento le dejó claro cómo son las cosas. No hay lugar a equívocos, ni a engaños, ni a falsas ilusiones: "conoces las reglas" le dirá más adelante.

De este modo, sobre una relación extramarital con prácticamente una desconocida construye Adrian Lyne "Atracción Fatal". Pero, ojo, lo que pudiera ser simplemente un lio se convertirá en una situación de lo más angustiosa por la sencilla razón de que Alex no está decidida a olvidar lo sucedido. La historia es narrada con cierta lentitud pero con solvencia. Además las piezas se van ordenando para que la situación del matrimonio Gallagher vaya siendo cada vez más complicada con un recta final bastante buena (SPOILER).

Como anécdota parece ser que se estuvieron barajando una infinidad de nombres para interpretar a la pareja protagonista. Al final se llevó el gato al agua Michael Douglas y Glenn Close, a mi entender con buen tino. Lo digo porque, si sobre el papel masculino no tengo pegas, con el de ella hubiera sido una locura alguna de las actrices que sonaron. Me imagino haciendo de Alex a Demi Moore, Daryl Hannah, Jennifer Jason Leigh, Michelle Pfeiffer o Cybill Shepherd y me da algo. Así, como no me gusta nada la elegida y encima su personaje es de lo más desagradable, no tengo que sufrir con alguna de estas bellezas haciendo de mala. Que suerte.