La presencia de la atractiva Emily Blunt, flanqueda por Jason Segel, Chris Pratt y Dakota Johnson, entre otros, merecería un mejor vehículo de expresión pero es que "Eternamente comprometidos" es definitivamente una mala película. Se supone que es una comedia romántica pero me temo que este género ha entrado en un estado comatoso del que veo una muy difícil recuperación. En lo primero, intenta ser divertida pero nunca lo consigue generando cierta sensación de bochorno equivalente al que te produce que un señor se ponga a contar chistes y nadie se ría. Y en lo segundo, aunque empieza más o menos bien, a pesar de que la pareja protagonista no pega ni con cola, terminan desvariando. Lo peor es que si hace cuarenta o cincuenta años el romance podía pecar de acaramelado ahora lo que se lleva es rodearlo de una vulgaridad soez, muy en la línea Apatow, es una película de de su productora, Apatow Productions, que explica muy bien su tono sucio, lo que supone un gravísimo lastre para este largometraje en particular y para el género en general. Cuánto daño nos has hecho, Judd Apatow.

Pero aparte de la británica Emily Blunt, que por cierto hay un momento como del final en el que es igualita a la guapísima Ana de Armas, de hecho cuando la vi, pensé "¿!Pero qué hace Ana de Armas en esta película!?", lo más interesante de "Eternamente comprometidos" es esa deriva dramática en el que plantea un tema bastante serio: cómo compaginar la vida profesional con la personal cuando se vive en pareja. Y es en que en algunas ocasiones, les pasa a nuestros protagonistas, a uno le sale una oportunidad en Michigan y el otro tiene un trabajo en San Francisco. Así alguien tiene que sacrificarse y adaptarse al otro. Por supuesto, Nicholas Stoller lo enuncia pero a continuación se olvida de la cuestión. En el fondo, la clave de este problema reside en la profunda minusvaloración del ama de casa, de hecho Violet (Emily Blunt) se queja de que se casará, tendrá un hijo "y estaré cambiando pañales, fregando y haciendo pastel de manzana" en exclusiva. "No es bastante para mí". Pues por mucho que trabajes en cosas chulas te sentirás igual de insatisfecha. Nadie o casi nadie se realiza con el trabajo.