Este título del debutante Tony Gilroy, drama empresarial con aires de cine independiente, arranca con un tipo soltando un discurso estridente un poco escatológico, luego se serena pero a los 15 minutos nos da un vuelco hacia el pasado que pretende reconstruir los hechos de lo que ha sucedido en los últimos cuatro días. Vaya lío pero parece interesante. Peor aún es que van pasando los minutos y lo que era expectación se va convirtiendo en tedio. Media, una hora y sigues sin saber exactamente de qué va. Hay mucha información pero desconoces cuál es la relevante. La conclusión es que se convierte en un rollo supino, perfectamente descrito por el amigo antipseudo al principio, con cero intriga, porque sabemos lo que está sucediendo mucho antes de lo que lo haga el protagonista. Al final me temo que ha pagado la novatada el tal T. Gilroy.

"Michael Clayton", por un extraño motivo, tuvo la deferencia de ser nominada en siete categorías para los Oscars, incluida a mejor película, si bien sólo se llevó premio Tilda Swinton, además de otras cuatro candidaturas a los Globos de Oro o cinco Baftas. Por cierto, hay gente tan alucinada que cataloga a su personaje como "machista", como si esta palabra sirviera como sinónimo de comportamiento despótico o cruel. Sin embargo, la obra no deja de ser un intento descabezado de asemejarse a "El informe Pelícano" (1993) pero desde otra óptica. La trama podría ser atractiva pero está llevada con una torpeza increíble. Si X tiene una prueba irrefutable que se la de a los abogados de la acusación. Aquí, con la excusa de que está loco, se dedican a hacer el memo: el uno se delata y los otros ni se molestan en recuperarla. Muy mal.