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Voto de Reaccionario:
4
Drama La víspera de su boda con Barnaby (D'Arcy), la española Carmen (Verbeke), siguiendo una tradición francesa, besa a Kit (García Bernal), un atractivo desconocido. Después de haber vivido en España una relación sórdida y violenta, ella cree haber encontrado en Barnaby la seguridad y la comodidad que tanto necesitaba. Pero el beso de Kit despierta en ella una pasión desconocida que pone en peligro la lealtad que debe al hombre con quien se va a casar. (FILMAFFINITY) [+]
6 de julio de 2019
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Una película un poco rara básicamente por su desconcertante mezcla de géneros. "El punto sobre la i" viene como drama, la mayor parte se desarrolla como una comedia romántica, hay toques de suspense y al final se acaba imponiendo el thriller psicológico. Pero comencemos por el principio. Se trata de una coproducción hispano-británica-norteamericana en la que curiosamente sus dos protagonistas principales encarnan a personajes de nacionalidad distinta a la suya: Gael García Bernal hace de brasileño cuando es mexicano y Natalie Verbeke de española cuando es de Argentina, aunque la hemos adoptado y ya tiene la doble nacionalidad pero no sé si en el 2003 ya. En fin, además de James D'Arcy, el tercero en discordia, aparece un joven Tom Hardy y en teoría porque no la he visto, la modelo portuguesa Tasha de Vasconcelos, que tiene una historia apasionante de cómo tuvo que huir de pequeña a finales de 1975 de la entonces colonia lusa de Mozambique, cuando llegó la aciaga Revolución de los Claveles de 1974 y la desastrosa independencia de su tierra natal, Mozambique, ese mismo 1975.

Pero volvemos a "El punto sobre la i", que ahora que lo pienso en cierto modo es una especie de revisión del mito de Carmen, como que la protagonista interpretada por Natalia Verbeke se llama así y baila flamenco. Pues bien, la película va a un poco a trompicones. El principio es ligeramente flojo, luego gana interés, entra en una zona de demasiada comodidad y cuando parece que estamos viendo un dramón un poco chorra Matthew Parkhill nos sorprende con un inteligentísimo giro para nada esperado. Lo que sucede es que aún queda como quince minutos y entonces, para intentar quedar bien o por corrección política o por lo que sea, destroza su trabajo en un final no sólo chapucero técnicamente e irritante, sino con el que arrebata todo el sentido que tenía "El punto sobre la i". De esta forma se queda en una nada. Para mí claramente debería haber acabado cuando terminan una importante conversación en el piso de Kit (Gael García Bernal). Todo lo demás es como si el investigado, rabioso por el resultado, asesinara a Stanley Milgram. No hombre, el que ha metido la pata ha sido usted, no Milgram.
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