Ayer recibí un mensaje de una usuaria llamada Tess, en el se me pone de vuelta y media con el agravante de no poder responder porque dicha persona tiene el buzón cerrado, bloqueado o, como me temo, he sido incluido en su lista negra. La medida, cobarde porque no admite el derecho a replicar, revela el nulo juego limpio de la agresora, que tira la piedra y esconde la mano, además de ignorancia. Querida, retrógrado es lo mismo que reaccionario y no juzgo por asuntos sociales sino en función de que ese asunto aporte algo. Por supuesto, más que elección es enfermedad, y así se admite aún. Y la frase final, es tan demagógica como fuera de lugar. Da pena.

Aclarado este punto, vayamos a "Duelo en la alta sierra", western de estos que todos se empeñan en etiquetar como crepuscular. Dirigido por Sam Peckinpah, en uno de esos primeros trabajos, aparecen esbozadas ya algunas de sus constantes pero manteniendo una narración clásica. Con todo, no es más que una película para pasar la tarde, con unos malos casi de dibujo animado y una historia sencilla de transporte de oro y amistad entre viejos vaqueros. Olvidaros de poesías y lírica, cuando aparecen estas palabras en una crítica me imagino ya lo peor, pero eso sí, hay algo de humor acompañado de un romance tirando a bruto y unos hermanos muy raritos.