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Aventuras Huyendo de la tiranía de Napoleón, una familia suiza se embarca rumbo a la colonia de Nueva Guinea. Durante la travesía son atacados por unos piratas y, en plena persecución, se ven atrapados en una tormenta que hace naufragar el barco y que los arrastra hasta una isla desierta. (FILMAFFINITY)
16 de enero de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pero comencemos por el principio. Se trata de la adaptación por parte de Disney y de Ken Annakin, ningún parentesco, que yo sepa, con Anakin Skywalker, de la novela del suizo Johann David Wyss, "El Robinson suizo" o "La familia Robinson suiza", depende cómo se quiera traducir, publicada en 1812. La susodicha es un clásico de la literatura infantil-juvenil, y de hecho se comprende que sus lectores y posteriormente espectadores se quedaran fascinados con este relato de aventuras, porque expresa muy bien la psicología de los niños y cuando digo niños me refiero al sexo masculino. Porque eso de correr aventuras sin fin y afrontar peligros es algo que motiva muchísimo a los chavales pero a las chicas las deja indiferentes o directamente le dan de lado, aunque ahora Disney, como el resto del mundo progresista, insista en convencernos de lo contrario.

Pero volvamos a la película. Resulta que una familia suiza emigra de la Europa napoleónica con destino a Nueva Guinea, lo cual es un fallo histórico gordo porque en aquella época no era colonia europea ni desde luego destino de emigración. De hecho, nunca lo fue y dudo de que hubiera un sólo europeo en aquella gran isla, entre Asia y Oceanía. En la novela a donde quieren ir es a Australia, lo que cuadra más. Pero el caso es que naufragan en una isla de no sabemos dónde, suponemos que de Indonesia o alrededores. Y aquí llega otro error grueso, esta vez achacable al libro, la mezcla sin ningún pudor de la fauna asiática y africana: tigres, cebras, avestruces, elefantes asiáticos, hienas... Por cierto, que el rodaje que tuvo lugar en la isla de Tobago, entonces todavía colonia británica, fue complicado y el más caro en su momento pero se agradece por su naturalidad.

Dicho esto y salvo por estas meteduras de pata señaladas lo que tenemos es un largometraje muy movido destinado a toda la familia, que gustó mucho entonces. De hecho, fue la más taquillera de 1960 en los Estados Unidos. La obra, teniendo en cuenta que es de Disney, o mejor dicho, de la Disney auténtica, nos sale con una aventura agradable, un poco inocente y blandita, pero que se muestra realista en lo fundamental. De esta forma, nos enseña perfectamente cómo son los niños y los adolescentes de uno y otro sexo, dando de bofetadas al feminismo moderno. Así nos sale una especie de princesa Disney a su manera, Roberta (Janet Munro), que no deja de ser el reverso de la heroína de "Vaiana" (2016): una chica femenina que no quiere viajar, ni navegar, evita luchar contra piratas, se asusta ante el peligro, obedece y tiene que ser salvada.
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