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5
Drama. Romance París, 1928. Tras la Revolución Rusa de 1917 y, después de varios años de exilio, un grupo de súbditos leales al zarismo sigue buscando el rastro de la Gran Duquesa Anastasia, la única superviviente de la matanza de Ekaterimburgo (1918), ciudad donde los bolcheviques de Lenin acabaron con la dinastía de los Romanov. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El asesinato en julio de 1918 de la familia imperial rusa, junto a varios sirvientes y animales de compañía, por parte de los comunistas, esos que van dando lecciones desde su superioridad moral como si nunca hubieran roto un plato, fue algo tan horrible que de inmediato surgieron rumores de que habían escapado de la tragedia. Las historias fueron muchos pero creo que la más fantástica era esa que afirmaba que en realidad todos se habían salvado de la matanza y que estaban a bordo de un crucero que recorría eternamente las aguas del mar Blanco, sin tocar nunca tierra. Sin embargo, la más famosa es la de la supervivencia de la hija pequeña de Nicolás II y Alejandra, es decir Anastasia, en concreto la de Anna Anderson (Ingrid Bergman), aunque no fue la única que se tenía por ella. Yo no sé si Anatole Litvak, que era ruso como también lo eran más o menos Yul Brynner, Akim Tamiroff y Sacha Pitoëff, creía en esta posibilidad pero ya en 1956 se consideraba un bulo total y con las pruebas de ADN realizadas tras la caída de la Unión Soviética no existe ninguna duda de que Anastasia falleció tristemente en 1918.

Con estos mimbres nos llega esta película de Litvak basada en la historia de Anna Anderson como si fuera o no, habrá que verlo (SPOILER), Anastasia, según la obra de Marcelle Maurette. Y aquí viene uno de los primeros problemas, que girando el argumento sobre la discutible identidad de la protagonista, a lo largo del metraje pasa a un segundo plano. De hecho, la gente que cree en ella, que son casi todos, lo hacen de buenas a primeras, porque lo dice el guión. Es más, que Anna participe en el "entrenamiento" del general Bounine (Yul Brynner) ya es sospechoso pues lo normal es que se ella se negase a participar en la farsa. Es o no es Anastasia pero no puede aprender a serlo, ni fingir. En cambio la trama se desvía con unas historias románticas que no pegan para nada, convirtiendo a "Anastasia" en una especie de "Cenicienta" (1950) color rosa para jovencitas. En fin, que la película aunque demasiado teatral no está mal hecha y algunos actores están estupendos aunque Ingrid Bergman era demasiado mayor para su personaje. Por último, desprende una nostalgia de mi adorado zarismo que hace que guste.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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