Ya es mala suerte para las feministas que la primera mujer en ser la máxima gobernante de un país occidental, dejando al margen los reyes, que ni pinchan ni cortan, si no me equivoco en el dato, y una de las primeras en todo el mundo, antes estarían Golda Meir en Israel o Indira Ghandi en la India, sea una que las de este palo no pueden/quieren reivindicar por alinearse con una filosofía política que detestan. Viene a ser algo parecido con Esperanza Aguirre en España. Una de las conclusión que se puede sacar de esta anécdota es que el mundo no se divide sólo entre mujeres y hombres, como plantean las feministas, sino entre clases sociales, niveles de renta, ideas políticas, credos religiosos, identidades naciones, opiniones varias... etc.

Dicho esto, "La dama de hierro" es precisamente una especie de biografía de Margaret Thatcher (Meryl Streep, que está espléndida, como que se llevó el Oscar), la que fuera primera ministra conservadora de Inglaterra de 1979 a 1990. Su figura es mayormente odiada, a mí también me causa rechazo por su transformación de los últimos vestigios del conservadurismo clásico en uno nuevo, que no es más que un liberalismo político-económico, al modo norteamericano, pero eses no es el verdadero problema de la película. Su principal fallo es dedicar más tiempo a su etapa final, con demencia senil, que en su desarrollo como política, sobre la que se pasa siempre de puntillas. De argumento muy despistado, termina aburriendo. Floja.