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Voto de Reaccionario:
5
Comedia Mickey y Julie ya son mayores, y ya hablan con sus propias voces. Sus padres, Mollie y James aún están juntos criando a sus hijos; Mollie se ha quedado sin trabajo y se pasa el día en casa, mientras que James trabaja como piloto privado para una atractiva ejecutiva, Samantha, quien le somete a un implacable acoso. Además han llegado dos nuevos miembros a la familia: Rocks, un perro callejero, y Daphne, una caniche consentida. (FILMAFFINITY) [+]
22 de octubre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oliéndose que la cosa no iba a acabar demasiado bien, Amy Heckerling, la directora de las dos primeras de "Mira quién habla", la de 1989 y 1990, se retira a labores de intendencia dejando paso a un desconocido Tom Ropelewski en la dirección. Aunque eso sí el único trabajo que tiene, además de la presente, es otra comedia familiar con Kirstie Alley, "Qué suerte... llegaron los parientes" (1990). Por fortuna, para esta película puede conservar a sus estrellas principales, la mencionada Kirstie Alley y John Travolta, que por supuesto bailará, además de varios secundarios. En cualquier caso si la original fue la cuarta película más taquillera en los Estados Unidos, el mismo puesto a nivel mundial, la secuela fue la 24 y la presente, que cierra definitivamente esta famosa trilogía, se perdió en el puesto 109.

Dicho lo cual, el fracaso comercial y las críticas que se llevó me parecen una exageración. Ciertamente, ante el agotamiento de la fórmula "bebé parlanchín", se sacan de la manga unos perros, en plan "Beethoven, uno más de la familia" (1992), pero con la particularidad de que hablan. La película no es grandiosa, tampoco tiene una buena historia sino que simplemente se deja llevar por el carisma de los personajes, la gracia de los animales y alguna cosilla más, como puede ser la nena, Tabitah Lupien, que es un encanto. En realidad se trata de otro ejemplo de cine familiar bienintencionado, género desaparecido de nuestras pantallas pero aún pujante en la primera mitad de los 90. En definitiva se trata de una buena opción para ver con niños pequeños, una película sencilla, inocente, tierna y amable.
Reaccionario
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