Esta película con aires entre "Matrix" (1999) y Gattaca (1997) bañada en cyberpunk algo heterodoxo, tenía entendido que el subgénero combinaba un alto nivel tecnológico-cibernético o con desintegración o cambio radical del orden social, cosa ésta última que no aparece muy perfilada, tiene el encanto de la distopía pero la torpeza de enredarse en este juego de identidades para acabar de un modo risible. Jack Thursby (Jeremy Northam), espía de la Digicorp, es en el fondo Morgan Sullivan, empleado de la misma compañía, pero me pregunto si no será en realidad una tercera persona.

Como sucede en estas tramas de intriga el comienzo cumple con dosis de misterio y una atmósfera fría, desangelada e informatizada. Lo malo es que a los 30 minutos ya nos estamos preguntando si no hay una forma más sencilla de hacer lo que se proponen, que no sabemos qué es. Por ejemplo, ¿es lógico el comportamiento de Rita (Lucy Liu)? Yo creo que para nada. Así, entre estirar el chicle y las típicas casualidades, (¿es que nadie puede no beber agua?) llegamos a un desenlace en el que me temía que el CD fuera todo un McGuffin. No lo es si no mucho peor: es una parida.