En este 2015 los que vivimos en este rincón de Europa llamado Andalucía vamos a pasar por tres comicios: las elecciones autonómicas, el 22 marzo; las municipales (y también la gran mayoría de las regionales en España), el 24 de mayo; y las generales, entre noviembre y diciembre. Yo como no soy demócrata, no confío nada en estos procesos, ni en sus propuestas, ni en sus ideas pero reconozco que la fiesta que organizan los partidos, con el rito final, aunque en realidad no acaban ahí, de echar la papeleta en la urna tiene su gracia. Así que para animar el ambiente, podemos echarle el ojo a un clásico como "El político", ganadora de tres Oscars de la Academia, incluido el de mejor película.

La obra es la adaptación de la novela homónima de Robert Penn Warren, ganadora de un premio Pulítzer, del que por cierto, en el 2006 se hizo en remake. Sin embargo, aunque no lo digan "El político" es en realidad una semblanza del que fuera senador y gobernador de Luisiana, Huey Long, allá por los años 30. La obra es un poco precipitada, con una marcha de más y unos cuantos diálogos de menos, pues de este modo el comportamiento de los personajes resulta difícil de comprender. En este sentido, el error más grave es el del propio protagonista que pasa de buenazo a tirano corrupto sin pestañear. Al final, no explica nada sino que asume unos argumentos banales que sólo sirven como coartada.