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Voto de Reaccionario:
5
Drama. Fantástico George Bailey (James Stewart) es un honrado y modesto ciudadano que dirige y mantiene a flote un pequeño banco familiar, a pesar de los intentos de un poderoso banquero por arruinarlo. El día de Nochebuena de 1945, abrumado por la repentina desaparición de una importante suma de dinero, que supondría no solo la quiebra de su banco, sino también un gran escándalo, decide suicidarse, pero cuando está a punto de hacerlo ocurre algo extraordinario. (FILMAFFINITY) [+]
3 de enero de 2012
55 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si nos tomamos "Qué bello es vivir" como una fábula, como un espectáculo bienintencionado, infantil, navideño, ingenuo pero que invita a la sonrisa, la cinta de Frank Capra merece el aprobado. Pero querer ver en este clásico de 1946 más de lo que tiene, como tacharla de obra maestra o la cinta más bella de la historia del cine (¡pero que clase de cine han visto estas personas!) es totalmente disparatado.

Admito que la historia está bien contada. Que es divertida, sobre todo con la aparición del ángel. Que trata de levantar la moral del espectador con un derroche de buenos valores y con un final enternecedor. Pero como ya digo, tras esta fachada, si rascamos, veremos la superficialidad de todo el planteamiento, el simplismo, el maniqueísmo, la hipocresía y hasta la cobardía de la película.

La clave de "Qué bello es vivir" está en el diálogo que tiene el señor Potter (supuestamente el villano pero que me cae simpático) con George Baley cuando le ofrece el puro y contratarlo. Todo lo que le dice Potter es la pura verdad. En realidad Baley se encuentra atrapado en una vida que no quiere, en una posición social que le queda pequeña. El querría progresar, mejorar, ganar dinero, hacer proyectos, viajar. Pero se haya atado por deferencia a su padre y a sus vecinos en un negocio poco más que benéfico. La moraleja es que tiene que sacrificarse para que los demás sean felices y que precisamente esa función social es la que le permite ser feliz porque obtiene el cariño y el agradecimiento de los demás.

Pero como he apuntado, la película es:
- Tramposa, porque la oposición entre tener éxito o no, se cambia por tener éxito pero ser odiado (como Potter) o no, pero ser querido por todos (como Bailey). Y yo pregunto, ¿Y no se puede tener éxito y ser querido?;
- Simplista, porque el retrato del malo, la "institución" o la situación de la ciudad es de lo más burdo;
- Maniquea, porque parece que todos los vecinos son excelentes personas y el único malvado es el señor Potter como si el hecho de ser pobre te hiciera bueno y lo contario, malo;
- Hipócrita, porque Bailey no pretende enfrentarse a Potter, (hasta le pide ayuda) sino sólo mantener la "institución" aunque el otro controle la ciudad; porque la solución a los tiburones de las finanzas, a los empresarios corruptos o los poderosos no es la porquería de "institución" sino un enfrentamiento contra Potter, cosa que nadie hace, ya sea a través de la prensa, de los tribunales, de manifestaciones, de los políticos, de la movilización popular, etc.;
- Cobarde, porque Capra como ya hiciera en "Juan Nadie" plantea, en vez de cambios estructurales, en vez del enfrentamiento con las élites, una filosofía pueril, vacía, absurda basada sobre todo la resignación (nosotros somos pobres pero nos queremos, él puede ser rico y poderoso pero está sólo y nadie le quiere) porque en ningún momento puede traslucir la menor crítica al sistema, si no todo lo contrario, la apología más descarada.
Reaccionario
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