Versión del clásico adolescente de 1984, "Karate Kid", que si bien tampoco es que fuera una gran película, ni mucho menos, sí que tiene más encanto que la presente, tal vez porque ésta se toma más en serio la parte de las artes marciales. La clave de todo es que en la original el protagonista es bastante manta pero que gracias a un buen maestro consigue mantener el tipo mientras que aquí, un chaval más joven, unos 12 años, realmente se vuelve un fuera de serie cuando se ve que no lo es. En cambio sus rivales chinos sí lo son, motivo por el que se merecen un reconocimiento, encabezados por el antagonista Cheng (Zhenwei Wang), experto en wushu, arte marcial china. Da gusto verles combatir, por más que el director cometa la torpeza de no dejar la cámara quieta y de acercarla demasiado a los luchadores. Aquí volvemos otra vez a denigrar la verdadera excelencia con un improvisado aprendiz que en cuestión de semanas suple años de esforzado entrenamiento. "Kung Fu Panda" (2008) pero con personas. Me temo que, dado el nivel de los combatientes, no debería ganarle a ninguno en el torneo. Si fuera fantasía tipo "Hansel y Gretel" (2013), pues vale, pero no, esto es realista por más que al final debiera aparecer un cartel que dijera "cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia".

Mira que Jaden Smith (en el papel de Dre Parker) lo tenía fácil, porque peor luchador que Ralph Macchio (en el de Daniel Larusso) no es posible pero es que encima Harald Zwart, o bien exagera o se queda corto. Por ejemplo, con la patada grulla-cobra supera por pretenciosa la muy ridícula de la grulla a secas de la original. Por el otro, lo de "pulir cera" y demás enseñanzas del señor Miyagi (Pat Morita) tienen cierta lógica, pero lo de "colgar la chaqueta" resulta bastante inútil mientras que lo de las cañas con unas cuerdas para atar los brazos sobrepase el límite del ridículo. Por su parte, la acompañante femenina es una chinita que además de ser guapa, simpática, rica, buena, tocar el violín, bailar muy bien y gustarle Dre nada más verlo, es la única persona que habla inglés. ¡Y le encuentra en minutos en medio de millones de chinos! Eso sí que es suerte. Claro que yo me quedo con Elisabeth Shue que además de guapa y no ser una niña, es animadora, hace piruetas y juego al fútbol. Es decir, es también una máquina. En fin, he de confesar que el visionado de "Karate Kid" ha sido muy divertido por la constante comparación-parodia con "Ranma 1/2" (1989) a la que la hemos sometida en casa (SPOILER). Yo espero que Ranma chica le derrote mientras grita lo de: "¡toma, toma, toma!".