La verdad es que no sé a quienes se refiere con lo de "siete mujeres" porque contándolas te pueden salir más o menos. Está la doctora Cartwright, Emma Clark, Agatha Andrews, Miss Binns (por cierto, la actriz Flora Robson es un calco de la reina Isabel II de Inglaterra), Jane Argent, Florrie Pether y la señora Russell. Siete. Pero si contamos a la china Miss Ling son ocho. Claro que podemos catalogar de machote a la doctora y entonces volvemos a tener siete. Pero también podemos prescindir de cierta señora con muestras más que evidentes de lesbianismo y entonces tenemos seis. Por otro lado, desde otro punto de vista, mujer, mujer, sólo veo a una, Sue Lyon (Emma en la película, ¿pero no será acaso una diosa?) para la que únicamente tengo ojos.

Y entrando en el tema, John Ford nos obsequia con una película que no parece suya, lo cual se agradece, con un buen planteamiento pero bastante mal llevado y con una parte final desastrosa. Toda la parte inicial no está mal. Tal vez un poco lenta y algo tramposa a la hora de presentar a los personajes pues hace pasar a la jefa de la misión por una hipócrita y fanática y a la doctora por una librepensadora abnegada (¿porqué no al revés?) pero pasable a fin de cuentas. Es a partir de la llegada de los "invitados" cuando la cosa no se sostiene bajo ningún concepto. Una situación angustiosa, traumática, se vuelve insustancial. Los susodichos no plantean ningún conflicto, ningún problema a las misioneras. En definitiva la situación está concebida para mayor gloria de la doctora, la heroína del relato en detrimento del resto de sus compañeras que pasan a un segundo plano más que discreto (SPOILER).

Sobre el "conservadurismo" de Ford no merece la pena hablar. Como esto es cine y no política me limitaré a decir que lo que era es un liberal izquierdista y, además, feminista, según esta película. Pero en realidad su feminismo lo que hace es transformar a la mujer, en varón y para ese fin el personaje de la doctora, lo siento por ella, porque Anne Bancroft tiene cierto atractivo, resulta vergonzoso, se vuelve una auténtica machote. Por ese motivo la obra es feminista pero no femenina porque se humilla a los pocos varones que aparecen, porque las mujeres lo que hacen es someterse a otra mujer en vez de a un hombre, porque los modelos claramente femeninos son denigrados (especialmente el de Florrie) y porque se hace una descarada apología para que la mujer copie los comportamientos más aborrecibles que tienen los hombres.

Por mi parte, como es lógico, me quedo con la bellísima, muy dulce y de aspecto angelical, Sue Lyon (estoy un poco pesado con ella, ¿será el amor?) y con un personaje con el que por fin hace de chica buena y decente. Lástima que la película la orille para dejar paso a la marimacho porque su relato me hubiera interesado muchísimo más que el del resto de compañeras. Supongo que eso será también parte del feminismo de Ford, que es dejar de lado a las mujeres femeninas.