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Voto de Reaccionario:
4
Comedia. Romance Tras casi 20 años de sequía creativa, el director de cine porno Pepe Fons decide rodar una última película que será la mayor producción española de cine porno de la historia: "El Alzamiento Nacional". Pepe pretende que la Guerra Civil (1936-1939) tenga una película X que le haga justicia. Lo que no se imagina ni siquiera remotamente es que en ese ambiente, que es la antítesis del romanticismo, vivirá las tres historias de amor más ... [+]
20 de marzo de 2014
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine dentro del cine... aunque sea pornográfico. A vueltas con la Guerra Civil y con el desnudo, nos llega esta comedia romántica que promete ser transgresora pero que termina siendo azucarada. Personajes curiosos, historia interesante, algunos chistes simpáticos y un buen elenco humorístico te hacen sonreír pero entre lo previsible, la falta de pegada, la ausencia de sensualidad y el giro dramático del final, por partida doble o triple, impropio y tremendo, le acaban pasando factura. En lo primero Paco León empieza bien pero se pierde en seguida, casi lo mismo que Julián López. De Mariano Peña, nada. En cambio el que mantiene siempre el tipo es Javier Gutiérrez que nos deja los mejores momentos, especialmente con la que hace de madre. Ellas en cambio diluidas, pero porque así lo quiere un director que huye de lo excitante para caer en una sexualidad chabacana. No quiero ni pensar en un intento parecido pero bien hecho con Ana de Armas, Blanca Suárez, Andrea Duro y Nazaret Aracil.

Lo más apreciable de "No lo llames amor... llámalo X" es que realmente "Alzamiento Nacional" es una gran idea. El resultado final en La Gran Vía es horroroso pero entre bambalinas hemos visto una sátira erótico festiva con cierta imaginación. Lo malo es que Oriol Capel se desentiende en cuento puede de lo pornográfico para ofrecernos las historias de cualquier otro drama o comedia romántica. No es como "La vecina de al lado" (2004), que mantiene el mismo anclaje. Al menos tenemos a Kiro Miró en alguna pose, como con esas botas altas negras o de falangista, si bien queda lejos de las voluptuosas apariciones con este uniforme de Manuela Vellés en "Flores para Belle" o Nazaret Aracil en "Cúentame como pasó". A todo esto parece claro que por mucho que se esfuercen, las izquierdas quedan muy lejos del morbo de las derechas. Por ejemplo, ¿dónde va a parar una miliciana con una de la falange o por ejemplo, una margarita, que es la seguidora carlista, con boina incluida?
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