De hecho, resulta entretenida, aunque sólo fuera porque hay mucha acción y la película es breve. Ahora bien, lo dicho se puede aplicar tanto a "Caza Legal" como a su protagonista, Cindy Crawford, no se sabe a quien le caen más palos. Sobre lo primero afirmo que si no fuera por los últimos 25 minutos, resultaría un aceptable thriller policiaco. Hasta ese momento el argumento tiene mucha lógica, pese a la habilidosa capacidad informática y para interceptar las comunicaciones de los villanos, y las secuencias de peligro son variadas y explosivas. No en vano, se ha sacado de la misma novela de Paula Gosling, "A Running Duck" o "Fair Game" (1974) que sirvió para "Cobra" (1986), de ahí su parecido. Más adelante se vuelve incoherente, aparecen momentos ridículos y el desenlace es pobre. Una pena.

Sobre lo segundo, cierto que Cindy Crawford, tampoco es que William Baldwin esté brillante, no demuestra muchas dotes interpretativas aunque si tenemos en cuenta que venía directamente de la pasarela como modelo, pues no vamos a pedirle peras al olmo. Peor resulta la trama, que acaba siendo confusa y aunque parece que hay una explicación para todo, yo no sabría decir por qué quieren matar a la chica, ni exactamente qué se traen entre manos estos mercenarios. Por último, ¿cómo llamamos a que ella golpee con fuerza al protagonista hasta cuatro veces? ¿Violencia de género invertida? Supongo que si fuera igualitario respondería a puñetazo limpio. Pero si se limita a encajar es porque le otorga ese privilegio a ella que para sí se niega. ¿Esto qué es? Pues machista o sexista.