Reconozco que el visionado de esta película me puso de mala leche. Pero luego, al ver las ácidas críticas, evidentemente no todas, pero sí unas cuantas, que se ha ganado "Juno", he recuperado la serenidad. Antes que nada es importante dejar al margen las ideologías de cada uno. Admito, yo lo hago, que uno o dos puntos puede ganar o perder por esta cuestión pero lo que no puede ser es que se pase del uno al diez si nos gusta o detestemos lo indie o según nuestra posición sobre el aborto. Dicho lo cual, este trabajo que dirige Jason Reitman tiene algunas cosas buenas: en ocasiones te hacer reír, hay alguna idea interesante (el amor no tiene porque ver con esa conexión, gustos compartidos o estar en la misma onda) y la protagonista llamada como la diosa de la mitología romana, Juno (Ellen Page), pese a sus errores y que es una niñata, no te cae mal. Supongo que porque la tal Ellen es muy mona aunque prefiero verla de calle con su trajecito de superheroína en "X Men 3". En realidad, esta Juno va de enterada pero en el fondo esconde una gran inseguridad, inmadurez y baja autoestima. Y como se empecina en ser masculina, frívola e indecente, merma su ego y su valoración social, más aún. Y de paso, obtiene el rechazo del espectador que lo que espera es que fracase del todo.

Que la película sea feminista y progre, vertiente underground, no es tan malo como que lo sea falsamente. Si se quiere defender una postura y unas decisiones, que asuma las consecuencias. No hagas que todos los que rodean a Juno la aplaudan constantemente. En esta tarea el se que lleva la palma es el tal Paulie Bleeker (Michael Cera), un auténtico cero a la izquierda. Pero como ella es idiota, no sé porqué dicen que es inteligente, tiene una baja autoestima y además es "tan cabrona" según ella misma dice, pues se encuentra limitada a este soberano pardillo sin personalidad. Por que cualquier hombre que se valore algo mandaría a paseo a esta chica por muy Ellen Page que fuese. ¿A quién le va a gustar siendo así? De lo contrario, nos queda una película muy progre, muy guay y muy moderna, pero en realidad, completamente autoindulgente. Sí lo que quieren con esto, y es lo que quieren, es que pasemos por el aro por una serie de dogmas ridículos y falaces servidos con el doble sello del feminismo y el izquierdismo, que seamos complacientes, que hagamos como que no pasa nada, que aprobemos estas barbaridades que salen en "Juno", lo tienen claro. Yo no paso. Pero si hasta tratan de convencernos de que en el fondo las que nos gustan son las friquis, no las animadoras.