Regresa Keanu Reeves con la que viene a ser una de las trilogías de acción más famosas de los últimos años. Pero tal y como queda, me extrañaría que no hubiera una cuarta. Sea como fuere, yo no sé si es que me he acostumbrado al estilo de esta saga o es que está mejor hecha pero este episodio tres, "Parabellum", me ha gustado más que sus predecesores. Ahora bien, antes de seguir hay que saber que el largometraje arranca justo donde acabó la anterior, la de "Pacto de sangre" (2017). Si no nos acordamos, como fue mi caso, vamos a estar esperando un flashback o una explicación de esta cacería que nunca nos van a brindar. Empieza así y punto.

La franquicia de "John Wick" (2014-2019), y esta película igualmente, tiene como concepto un problema, que es su evidente exageración en su parte de acción, que es algo así como el 90% del metraje. Bueno, la presente tiene otro que es Halle Berry, que es aparecer y olerte ya que va a ser la mejor asesina del mundo, superdura. Precisamente su escena es la peor de todas con diferencia porque se basa en armas de fuego, que es el punto flaco de la saga, esbirros que nunca le/les dan un tiro o incluso que ni llegan a disparar. Sin embargo, en "Parabellum" hay pocas y priman las luchas cuerpo a cuerpo como más realistas, algunas de ellas, las del final, muy visuales y chulas.