Algunos ven en "La novia cadáver" reminiscencia con Poe o Lovecraft sin darse cuenta de que en este caso Tim Burton se toma a chufla esta historia pseudorromántica, haciendo del terror o el misterio, una fiesta. Sí, la ambientación decimonónica bastante libre, en el que se combinan estilos de todo el siglo, tiene interés pero el desarrollo de esta prometedora historia resulta en exceso convencional como para que merezca tanto aplauso. Recordaré que la trama de esta película se basa en una leyenda judeo-rusa del siglo XIX en la que, como aquí, un joven se encuentra casado con una muerta. Buen comienzo, pero a partir de aquí el desarrollo roza el ridículo. A ver, lo que menos esperas de esta situación es una especie de triángulo amoroso. Uno imagina el terror del pobre Víctor, los esfuerzos para desembarazarse de su "mujer" y hasta la ira de esta última. Pues no, los dibujos se pierden en números musicales, que por otro lado no dejan de estar curiosos, idas y venidas de un mundo al otro y los asaltos a la prometida de Víctor, Victoria. Llega a un punto de máxima irritación cuando el héroe, en un intento de parecer bueno a toda cosa, está dispuesto a morir para permanecer junto a Emily. Tonto a más no poder. Claro que si yo fuera Victoria le diría que se fuera a la porra y que ahora se iba a casar con otra.

No hace falta que diga que los elementos clásicos de terror no exentos de romanticismo están incluidos en la leyenda original. Sin embargo Burton prefirió tergiversarla justo para hacerla más llevadera, colorida, y en el fondo, más cutre. Ahora bien, aclaro que dicho cuento se basa en un absoluto bulo antirruso, una mentira como un piano, consiste en que bandas antisemitas abordaban a los grupos de judíos que se dirigían a una boda y mataban a la novia, enterrándola todavía con su traje. Eso sí, agradezco al director que haya modificado la historia para no dar pábulo a semejante calumnia histórica. Pero volviendo a "La novia Cadáver", no podemos negar que encima es bastante hipócrita. Por ejemplo, parece que hay una crítica a los matrimonios de conveniencia cuando en realidad le hace una apología. Pero aún peor es el retrato del Otro Mundo. Que si es un lugar tan divertido en comparación con el lúgubre mundo real, ¿para qué Emily huye de él? (SPOILER). Es más, según Burton ¿cuantos mundos habría? Porque parece que además del inframundo habría otro plano (¿paraíso?, no lo creo), lo cual no deja de ser bastante fastidioso para los de ultratumba que en realidad se encontrarían atrapados bajo tierra. Y es que al querer darle un giro ¿feliz? destrozan la leyenda original y hasta la cosmología religiosa occidental.