Y no me refiero a la enfermedad, que también podría ser, sino a rabia, ira, indignación. Aunque para ser justos, la primera media hora se desenvuelve como un digno drama romántico de corte decimonónico. Pero es a partir de ese momento cuando se despeña con un delirante desarrollo donjuanesco ridículo en su idea, ¿a quien quiere convencer con un romanticismo lujurioso?; torpe en su ejecución pues el tipo, como es un panoli de cuidado, se ve completamente acosado por hembras voraces, porque sino no se comería una rosca; e indignante en su filosofía, que divide a las mujeres en dos categorías, la ideal y pura, y el resto, que son idiotas, zorras y trozos de carne que sólo están para retozar por muy viejo y ajado que esté uno. Dicha evolución sólo puede emocionar a viejos, rijosos y cursis de cualquier sexo que piensan que el amor, vaya forma de prostituir este hermoso sentimiento, es una excusa para hacer los que les venga en gana. Pobres Ana Claudia Talancón, Angie Cepeda y compañía, que temía que iban a ser sacrificadas en este altar de lujuria senil (SPOILER). Viendo todo esto se entiende perfectamente que los cuernos, los amoríos y hasta la violencia física sean tan abundantes en Suramérica pues estos tipos tratan a las mujeres a patadas, sin el más mínimo rubor.

El protagonista, Florentino Ariza (Javier Bardem) va de romántico pero lo que parece en realidad es un enajenado o un tonto hiperbólico. Por cierto, más de 600 amantes, venga ya, fantasma, pero ninguna pagando, que eso queda muy feo. Yo creo que en aquella época, y hasta ahora casi, sería un record mundial. Ah, que vigile cuantos hijos sueltos tiene que tener por ahí, cosa que le daría exactamente igual. Por último, es que no falla, una vez el progre puede vivir sin amor pero de ningún modo sin pasta. Volviendo a la película, que como todos sabemos, se basa en una novela de Gabriel García Márquez que no pienso leer, pues después de "Cien Años de Soledad", puede que la cosa más estúpida que haya visto, no tengo ningún interés en su obra, puede que la gracia de la misma esté en esta especie de esquizofrenia tan moderna que consiste en hacer una cosa y la contraria: ser casto y vicioso, fiel e infiel, mujeriego y romántico a la vez. A mi esto más bien me repugna, así que: Florentina Ariza, Mike Newell y Gabriel García Márquez, qué melosos, qué repipis y qué falsos, ¡iros a la porra!, cosa a la que han mandado a este film los espectadores de todo el mundo: 50 millones de dólares invertidos y poco más de 31 recaudados, y eso por el mercado latino pues en su país no llegó ni a 5.