Hubo un momento mientras veía la primera temporada de "El alienista", de diez episodios, que quizá valía la pena leer la novela original en la que se basa, escrita por Caleb Carr, bajo la sospecha de que la serie fuera muy diferente. Pero parece ser que no, así que se me quitaron las ganas de la susodicha lectura. En cualquier caso, la presente obra cuenta con un ambiente atractivo, empezando por ubicarse temporalmente en el Nueva York de 1896. Ya sabéis que me atraen las series o películas de época. Y entonces nos sumergimos en una cadena de brutales asesinatos en el mundo de la prostitución, y las pesquisas para identificar y atrapar al responsable.

Es decir, que básicamente "El alienista" es Jack el Destripador mezclado con Sherlock Holmes, de hecho hay alguna película que lo hace. Lo que significa que cuando se centra en la investigación puramente policial la serie no está mal. Sin embargo, para mí le sobra drama, a veces es confusa y la actitud malévola de la policía no tiene ningún sentido. De hecho, por ahí se quiere ser tan oscuro que parece que estamos en Gotham, sólo justificada para reivindicar a los marginados: inmigrantes, mujeres, judíos y negros. A esto hay que sumarle que la trama en sí no resulta agradable de ver ni atrae por el ambiente gay-pederasta falsamente normalizada en la que vive.